La importancia de la fe como una guía de nuestras metas.
El inicio del año siempre es muy esperado, porque es como un punto de partida para emprender nuevos proyectos y superar defectos. Pero todos sabemos que, para conseguir esas metas, requerimos una visión clara y una voluntad constante. ¿Sabías que la fe religiosa puede ayudarnos a definir mejor nuestros objetivos para el 2018 y a mantenernos en el camino para cumplirlos?
Metas no cumplidas
Cada que inicia un nuevo año, es usual que hagamos listas de propósitos. Pero, sucede con frecuencia, que muchas personas formulan metas que de antemano saben que no van a cumplir, como vivir una estricta dieta para bajar de peso, dejar de fumar, leer algunos libros, meditar o hacer deporte con regularidad.
¿A qué se debe que formulemos propósitos irrealizables? Casi siempre esto sucede por la falta del conocimiento que tenemos de qué es lo que realmente queremos para nuestra vida.
Aprender a conocernos
¿Cómo se puede solucionar este problema? Para establecer propósitos realizables, el primer paso es la reflexión, que nos ayuda a conocer mejor nuestro propio interior. Solo así podemos saber cuál es el fin principal de nuestra vida, aquel que puede orientar las otras metas que nos ilusionan.
Por eso, descubrir para qué hemos nacido es la clave para elaborar proyectos alcanzables. Pues, si una persona no sabe para dónde va su vida, quizá tampoco sepa para qué quiere bajar de peso, dejar de fumar o qué libros le conviene leer.
Uno de los aspectos que la religión católica ha desarrollado muy bien a lo largo de los siglos es la meditación. Esta, ayuda a que nos podamos conocer mejor a nosotros mismos, pues nos pone frente a lo que Dios nos ha revelado sobre nuestra vida y nuestro destino.
Sin duda, sería de mucha utilidad reflexionar sobre algunos temas centrales entre los que pueden estar: la vida de Cristo como modelo para nuestra vida; la pertenencia a la Iglesia como lugar para aprender a vivir como hermanos; si nuestro trabajo está en función de nuestra familia (pero no al revés); si velamos por la salud para poder cuidar y servir a los que amamos.
Un camino de fe
Cuando buscamos saber quiénes somos, casi siempre descubrimos nuestra propia dimensión religiosa. Es la reflexión sobre nuestra vida la que nos pone frente a nuestra vocación espiritual, frente a lo que Dios quiere y espera de nosotros.
Centrarnos en lo que realmente es importante en nuestra vida, mediante la fe y la oración, nos libera de las falsas metas basadas en la opinión de los demás. Esto también nos previene de formular propósitos autorreferenciales. Además, nos abre a lo verdaderamente valioso de nuestra vida: la misión que tenemos de amar a Dios y de vivir con amor para nuestra familia y para quienes necesitan de nosotros a través de nuestro trabajo y las circunstancias de cada día. Así que por qué no empezar este 2018 planteándonos metas acorde a lo que es realmente importante.
Por: Luis-Fernando Valdés
Sacerdote, doctor en Teología y columnista internacional, comenta temas de actualidad desde la razón creyente.