Compartir:

En la era digital actual, los auriculares y cascos se han convertido en elementos esenciales en la vida de millones de jóvenes.

Ya sea para disfrutar de videojuegos, escuchar música, participar en transmisiones en directo como DJ o incluso como parte de su rutina diaria, estos dispositivos se han integrado profundamente en su día a día.[1]Sin embargo, su uso prolongado a volúmenes elevados tiene consecuencias perjudiciales. A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de mil millones de jóvenes de entre 12 y 35 años corren el riesgo de sufrir pérdida de audición debido a la exposición constante a sonidos fuertes.

En Ecuador, la situación no es muy diferente. Las ciudades más grandes, como Quito y Guayaquil, registran niveles de ruido superiores a los 85 decibelios, un umbral reconocido por la OMS como perjudicial para la salud.

«La exposición constante a ruidos fuertes, especialmente los que provienen de auriculares, puede provocar una pérdida de audición irreversible. Es esencial que los jóvenes, sobre todo los que se exponen con frecuencia a altos niveles de sonido, tomen conciencia de los riesgos y, si experimentan acúfenos u otros síntomas relacionados con la audición, busquen atención médica para evitar daños irreparables», explica Ariana Araujo especialista en audición.

El experto señala algunas repercusiones del uso prolongado de aparatos con volumen elevado, así como alternativas para prevenirlas.

  • El ruido provoca pérdida de audición: El uso excesivo de auriculares puede provocar una pérdida de audición irreversible. [2] Las ondas sonoras pueden dañar la delicada estructura del oído interno, provocando un daño acumulativo que puede dar lugar a una pérdida progresiva con el tiempo. Además, la exposición constante a sonidos fuertes genera molestias, como zumbidos en los oídos, que pueden utilizarse como indicador de una posible pérdida auditiva en desarrollo.
  • Impacto psicológico y emocional: La exposición continua a altos niveles de ruido puede tener efectos negativos en la salud mental y emocional. [3] La sobrecarga constante de sonidos intensos se asocia a un aumento de los niveles de estrés y ansiedad. Además, esto, sumado a la falta de descanso, puede afectar al sueño, alterando los patrones y provocando cansancio o fatiga crónica.
  • Reducción de la concentración y el rendimiento cognitivo: El ruido continuo, especialmente cuando llega directamente a los oídos, puede perjudicar la concentración y dificultar el aprendizaje o el trabajo. La estimulación sonora excesiva interfiere en la memoria a corto plazo y afecta a la capacidad del cerebro para procesar y retener información.

La prevención es clave para evitar los efectos nocivos del uso prolongado de auriculares. Hay varias medidas sencillas y eficaces que pueden ayudar a proteger la salud. He aquí algunas recomendaciones:

  • Limite el volumen y haga descansos regulares: Mantenga el volumen de los auriculares por debajo del 60% de su capacidad máxima y asegúrese de hacer descansos cada 60 minutos de uso continuado. Al reducir la intensidad del sonido y permitir que sus oídos se recuperen, puede prevenir daños a largo plazo.
  • Utiliza auriculares con cancelación de ruido: Opte por auriculares con cancelación activa del ruido, ya que le permitirán oír volúmenes más bajos sin tener que competir con los ruidos externos. Esto no sólo protege la audición, sino que también mejora la calidad del sonido.
  • Revisiones periódicas: Como usuario frecuente de auriculares, es esencial someterse a revisiones para detectar cualquier signo precoz de pérdida de audición.

El uso de dispositivos ha transformado la relación con la música, el entretenimiento y las redes sociales, pero la exposición prolongada afecta a la audición, el bienestar mental y la vida social. El daño causado por los sonidos fuertes es irreversible, pero con medidas preventivas es posible disfrutar de los dispositivos de forma segura.

 

 

 

[1] https://www.who.int/news/item/02-03-2022-who-releases-new-standard-to-tackle-rising-threat-of-hearing-loss

[2] https://bmjpublichealth.bmj.com/content/2/1/e000253

[3] https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0169204623002463

Compartir: