Compartir:

La lectura forma parte del estilo de vida y los valores que los padres enseñan a sus hijos en el día a día.

En casa aprendemos nuestro modelo de referencia para el futuro. La familia transmite a los hijos los valores que van a guiar su vida: la laboriosidad, la generosidad, el espíritu de servicio… Y esos valores se transmiten básicamente con el ejemplo de los padres y de los abuelos o tíos que viven en casa.

Los hijos observan todo lo que hacen papá y mamá, y aprenden en la medida en que ven cómo actúan ellos: quién pone la mesa, quién se levanta a buscar algo que falta, cómo dejamos el baño y la ducha después de usarlos, el uso de los teléfonos móviles cuando estamos en familia…

Entre el numerosísimo elenco de cosas que los niños aprenden en casa está el hábito de leer.

Hay que decir que las series de televisión no nos ayudan mucho. ¿Han visto que la mayoría de series de televisión que se desarrollan en un cuarto de estar no tienen en su decorado ni una mísera estantería con libros? Parece una tontería, pero todo se contagia, lo bueno y lo malo.

No vamos a pedir que en “Lost” apareciera una pequeña estantería, pero en la “sit com” que básicamente se desarrollan en torno a un sofá de tres plazas, no estaría de más que aparte de la cocina americana al fondo hubiera al menos una estantería con libros.

¿Les sirve a los niños tener una pequeña biblioteca en casa?

¿No son ellos ya de pantallas y de entornos digitales? Sí y no. Son nativos digitales pero está comprobado que la lectura sobre papel incide más sobre el desarrollo neuronal del cerebro.

¿Qué mejor que tener en casa una colección de cuentos infantiles con los que los niños se divierten y además aprenden valores? Es importante que sean adecuados a su edad. Empieza por los más ilustrados y ve aumentando la letra en las páginas. Hay un dato muy positivo: la mayoría de las editoriales de libro infantil orientan sobre la edad adecuada del niño lector. ¡Incluso hay libros que flotan para que el bebé juegue en la bañera!

Junto a los cuentos infantiles, es muy bueno tener en casa un diccionario. Así toda la familia puede consultar dudas cuándo no sabemos cómo se escribe una palabra determinada. Resolver eso puede resultar divertido e incluso puede haber premio para quien acierte.

También es muy bueno disponer de libros en otros idiomas, para que el niño se vaya familiarizando con una segunda lengua, como puede ser el inglés.

Recomendaciones para leer

Para los mayores, siempre va bien disponer de algunos clásicos, esos “imperdibles” de la literatura universal que nos llevan a los grandes temas de la Humanidad: el amor, el odio, la muerte, los celos, el heroísmo… Desde la Odisea hasta Jane Austen y desde Shakespeare hasta la poesía de Pedro Salinas. Sin olvidar que algunos autores imprescindibles de las letras son también grandes autores de espiritualidad, como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.

Añade a eso una buena edición de la Biblia católica. Una para los mayores y tal vez una en edición infantil, con dibujos que les ayude a descubrir a los niños las grandes hazañas de David contra Goliat o comprender en qué consistió el pecado original con Adán y Eva.

Para los niños también es muy oportuno libros de pequeñas biografías adecuadas a su edad, con las que pueden conocer la vida de los grandes personajes de la Historia, como Platón, Marco Polo o Leonardo da Vinci, santo Tomás Moro, Santa Juana de Arco o santa Teresa de Calcuta.

La lectura no es algo que terminó en el siglo XX. Sigue siendo importante que el niño, además de verla como una actividad escolar, la asocie a su estilo de vida. Por eso es fundamental que los papás también lean y lo tengan integrado en su rutina cotidiana de forma natural. Para él, será una forma de aprendizaje con carácter lúdico, ya que es importante que a esas edades jueguen y se diviertan.

La pequeña biblioteca es un universo que desde la silla o el sofá, encima de la cama o en el mismo suelo les abrirá horizontes y les enriquecerá intelectual y espiritualmente.

Vía Aleteia

 

Compartir: