Las personas de la tercera edad se sienten más vivas y felices cuando realizan actividades diversas, estas ideas pueden ayudar a un anciano a vivir mejor su próximos años.
La juventud depende más de la actitud de la persona, que del paso del tiempo. Levantarse todas las mañanas a la misma hora, tener siempre a mano un libro, leer todos los días la prensa, quedar de vez en cuando con los amigos y hacer algo de ejercicio.
Tercera edad no es sinónimo de enfermedad, ni de empobrecimiento social o físico. Es evidente que cuando vamos cumpliendo años añadimos achaques a nuestra salud, razón por la que debemos fomentar nuestra buena predisposición a realizar actividades saludables.
Los abuelos del siglo XXI suelen ser personas más jóvenes, algunos incluso con actividad laboral y cuidando a su vez de sus propios padres. Por eso, los hábitos de convivencia entre abuelos, hijos y nietos también han cambiado mucho. Cada vez son menos los jubilados que viven bajo el mismo techo con su familia. De hecho, en España uno de cada cuatro mayores vive solo y en un 70% de estas situaciones responde a una decisión propia. Es decir, salvo en caso de enfermedad, de escasos recursos económicos o de viudez -únicamente el 48% de viudos mayores de 65 viven solos-, la mayor parte de ellos desea independencia.
Estas ideas son esenciales para que el adulto mayor se sienta motivado a vivir una vejez diferente y libe de sedentarismos.
Ideas que ayudan
– Levantarse a la misma hora todas las mañanas, ducharse y asearse para empezar bien el día.
– Tener siempre un libro a mano para dedicar diariamente unas horas concretas a la lectura.
– Realizar actividades de gimnasia mental tradicionales, como jugar al bridge, al dominó o al ajedrez con los amigos; o bien, hacer pasatiempos o sudokus en casa.
– Reflexionar sobre temas diversos cada día, es decir, guardarse tiempo para «pensar».
– Hacer ejercicio, por ejemplo, ir andando para solucionar recados, visitar a los amigos o familiares, etc.
– Hacer un esfuerzo por escuchar opiniones diferentes, pues con la edad nace la tentación de dogmatizar. Esto no supone guardar silencio cuando los demás incurran en errores graves, que atenten contra su dignidad. Corregir con prudencia, ternura y siempre a solas.
– Regalar parte del propio tiempo a los demás. Es la mejor inversión de cara a esta y a la otra vida. Fomentar la amistad, el amor de benevolencia hacia los suyos y tener siempre presente que está llamado, por su edad, a ser un experto en el difícil arte de vivir.
– Si se puede, no jubilarse nunca de hacer lo que debe, lo que puede, lo que sabe y aquello con lo que disfruta.
Via: Hacer Familia