Compartir:

El término narcocultura a tomado gran auge, de hecho es la fascinación por el lujo y el poder en los jóvenes.

Narcocultura: la fascinación por el lujo y el poder en los jóvenes…

Una investigación realizada a cientos de jóvenes de una población que vive en condiciones de alta vulnerabilidad social, en un entorno de consumo y venta de drogas, en Nayarit, México, ha permitido comprender cómo se apropian los jóvenes de una cultura que exalta y fomenta la incursión en el narcotráfico y la violencia, como una forma de vivir.

La popularidad de las narco-series como La Reina del Sur, El Señor de los Cielos o Pablo Escobar, han internacionalizado y popularizado estas historias de personajes que se muestran como héroes que proceden de entornos de pobreza e injusticia y llegan a ser poderosos, a vivir en el lujo gracias al narcotráfico, transgrediendo el orden social y las leyes, probando así lo corrompible e ineficaz que es el Estado.

Se desarrolla entonces la narcocultura que abarca, además de las series, la música, la vestimenta, videojuegos, comics, lenguaje, expresiones que se mezclan con el consumismo materialista, que tiende a exaltar la opulencia como una forma de vivir y de ser feliz.

El contexto de pobreza y exclusión social despierta interés en los jóvenes, que están en la búsqueda de ser reconocidos, de ser aceptados y de sentirse incluidos en una estructura social.

Esta situación que desde hace muchos años viene creciendo en Ecuador, se volvió más evidente y nos dio como bomba en la cara con el éxito mediático que ha tenido el video de la canción Rulay, supuestamente subido por la banda de los Tiguerones y que paradójicamente se popularizó por las grabaciones hechas por policías, durante la detención de algunos de ellos.

 

 

Narcocultura en Ecuador

La narcocultura oculta el drama de ese estilo de vida, la injusticia, la violencia, la sangre y la muerte y, por el contrario, está llena de narrativas acerca de estilos de vida atractivos, como algo que se justifica ante la falta de oportunidades y acceso a la educación, a los servicios de salud, al trabajo. Y esto, desgraciadamente, no siempre queda solamente en una afinidad por estas situaciones que involucran violencia y corrupción sino que llegan al involucramiento en el mundo de los capos y traficantes.

La encuesta a la que hago mención indagó que era lo que los jóvenes consideraban más importante para obtener ese reconocimiento social y las respuestas en orden de prioridad indicaron que ellos eligieron: “Tener dinero”, casi al mismo nivel que “Tener sentido del humor”, seguido de “Ser buena persona” y “Vestirse bien o a la moda”; estos cuatro aspectos alcanzaron el 82.5 % de las respuestas.

Pobreza, exclusión, falta de oportunidades y frente a ellos una oferta ilusoria a través de la narcocultura que promete poder, holgura económica y felicidad. Esta es una ecuación que Ecuador tiene con todos sus componentes.

En esta ocasión me voy a permitir no dar recomendaciones ni concluir nada acerca de este fenómeno que nos afecta a todos y que hoy, más que nunca, quisiéramos erradicar.

 

 

Escrito por: María Helena Manrique De Lecaro, Directora de Orientar. IG: @orientar_tuvida

 

Compartir: