En este año de la misericordia, el Papa nos pide estar en vigilia de oración para “secar las lágrimas”
Durante su visita a Manila en enero del 2015, Glyzelle Palomar de 12 años, con lágrimas en los ojos relató al Papa, cómo había tenido que recoger comida de la basura y dormir en la calle, y le preguntó ¿por qué Dios permite estas cosas, cuando los niños no tienen la culpa? Ella y muchos más jóvenes son salvados de las calles por la fundación ANAK-Tnk.
Ante esta pregunta, su santidad dejó de lado el discurso preparado y dijo:
“Cuando nos hagan la pregunta de por qué sufren los niños, entonces nuestra respuesta sea o el silencio o las palabras que nacen de las lágrimas”.
Con esto Francisco se inspiró e improvisó su discurso, ya esta Teología del llanto la venía promoviendo. En su última visita a México en Ciudad Juárez recordó que “son las lágrimas las que logran sensibilizar la mirada y la actitud endurecida, y especialmente, adormecida ante el sufrimiento ajeno”.
Existen muchos tipos de sufrimiento, pero todos, tienen un común denominador, el cansancio de vivir y a menudo, la falta de esperanza y confianza.
El Papa, nos recuerda cómo Jesús lloró por su amigo Lázaro y es terminante cuando nos dice “si ustedes no aprenden a llorar no son buenos cristianos”