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¿Sabías que según Harvard la única cosa que necesitamos para ser verdaderamente felices son nuestras relaciones? ¡Comparte!

Es común que las personas se cuestionen por la felicidad. Muchos la asocian con dinero, lujos o comodidades, o eso que no se tiene, por ello, la Universidad de Harvard se tomó la tarea de estudiar qué es eso que hace a una persona verdaderamente feliz.

La investigación se realizó durante más de 70 años, siguiendo de cerca la vida de 724 hombres desde 1938, cuando eran adolescentes. Los participantes escogidos hacían parte de diferentes clases sociales, pero la conclusión a la que se llegó fue la misma, las relaciones impactan en la salud y, con ello, en la sensación de felicidad.

«El hallazgo sorprendente es que nuestras relaciones y lo felices que somos en nuestras relaciones tiene una poderosa influencia en nuestra salud», afirmó el director del estudio, Robert Waldinger, a ‘The Harvard Gazette’.

De acuerdo con el psiquiatra, a las personas que mejor les fue en la vida, fueron aquellas que se inclinaron por tener buenas relaciones con su familia, amigos y comunidad.

Así las cosas, la calidad de las relaciones es fundamental, entre otras cosas, porque son la familia, los amigos y los seres más cercanos quienes están presentes en los momentos difíciles de la vida.

Esos lazos protegen a las personas del descontento de la vida, ayudan a retrasar el deterioro mental y físico y son mejores predictores de vidas largas y felices que la clase social, el coeficiente intelectual o incluso los genes.

Además, Waldinger explicó que la satisfacción que tiene un individuo con sus relaciones contribuye a una vejez más saludable y tranquila: «Las personas que estaban más satisfechas en sus relaciones a los 50 años fueron las más saludables a los 80».

 

 

Relaciones: saber cuándo dejar ir y mantenerse conectado

Al encontrar una fuerte conexión entre la felicidad y las relaciones cercanas, los científicos también encontraron dos aspectos importantes en los participantes a medida que envejecían:

1. Con el paso de los años se conectaban más con lo que les importaba y no se preocupaban por las pequeñeces: «Tienden a darse cuenta de lo corta que es la vida y es más probable que presten más atención a lo que los hace felices», explicó el doctor Waldinger.

2. Al ser importante tener relaciones sanas, los participantes más felices eran aquellos que sabían soltar a las personas negativas, que no aportaban nada.

Por lo tanto, el psiquiatra recomienda disfrutar de las actividades que le gustan desde que se es joven, aprovechar el tiempo con sus seres queridos, dejar ir lo que le hace daño y no aislarse.

«La conexión personal crea estimulación mental y emocional, que estimula automáticamente el estado de ánimo, mientras que el aislamiento destruye el estado de ánimo», concluyó el experto.

 

 

Fuente: ElTiempo.com

 

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