Compartir:

A pesar del COVID-19 muchos niños llegaron a este mundo, gracias a Dios y el amor de sus padres. La vida se abre espacio en medio de la pandemia.

Es de celebrar el triunfo de vida sobre la pandemia y, es por ello que les compartimos 4 historias de padres que, pese al temor, confiaron en Dios y hoy están muy felices con sus hijos entre sus brazos.

Gisella Cruz

Di a luz el 6 de abril de este año en Estados Unidos (vivo acá). Fue muy duro para mí, mi esposo y mi hijo, porque tuvimos que afrontar todo esto de la pandemia lejos de mi familia que vive en Ecuador, temiendo cada día el poder contagiarme de COVID-19 y con ello tener algún problema en mi embarazo.

Cuando tenía 6 meses de embarazo apareció en Ecuador el coronavirus… y desde ese momento hasta el día del alumbramiento fueron semanas de angustia y ansiedad por el temer a este virus que ha matado a mucha gente en el país… temía por toda mi familia allá.

Mi bebé se adelantó por mis preocupaciones, por pensar que ya me tocaba dar a luz y me decían que en el hospital solo tenía que ir yo, pero lo bueno fue que autorizaron que mi esposo me pueda acompañar el día del parto y todo salió bien… pero luego de nacido mi hijo tuvo que quedarse unos días en el hospital internado y eso fue horrible porque con todo esto del virus, salir e ir a verlo todos los días me daba mucho miedo no salía pasaba solo aquí en casa.

 

 

Andrea Olvera Chuchuca

Unos días antes de mi parto decidimos con mi esposo viajar a Huigra donde vive mi suegra. Para nuestra buena suerte en este lugar la situación con el virus está mucho mejor que en Guayaquil.

A mí me tocaba dar a luz en el hospital del IESS del Sur, pero las cosas cada vez estaban peor. Oramos y nos vinimos por un camino diferente, porque los que viven en los pueblos habían cerrado las vías principales… Fue horrible, pero llegamos.

Al llegar al hospital en Huigra no querían atender mi parto en ningún lugar, porque no tenían mis registros de las consultas… para rematar rompí fuente un domingo a la una de la madrugada y empezaron las contracciones.

Mi esposo me llevó al hospital de Alausí pero no tenían anestesista, porque según los doctores debían hacer cesárea… Por lo dicho me trasladaron al Hospital del IESS de Riobamba. Me llevaron en ambulancia, eran casi las ocho de la mañana y yo gritaba de dolor.

Ya en el hospital todo era un caos, habían llegado casos de COVID-19… por eso me ingresaron por otro lado y me ubicaron en un cuarto de aislamiento, el dolor aumentaba y tiempo después me llevaron a un quirófano… (prefiero no detallar todo lo que pasó en el parto), pero sí doy gracias a Dios por poder dar a luz a mi hijo, que es en serio una bellísima bendición.

 

 

Dr. Jorge Lascano

Lo más difícil de vivir el embarazo de mi esposa Amanda durante la pandemia fue el hecho de que las últimas tres semanas del embarazo, estuve trabajando en el hospital en la unidad de cuidados intensivos, donde atendemos a pacientes infectados con Covid-19.

Teníamos miedo de que me pueda contagiar y contagiarla a ella. Tomamos muchas precauciones para evitar eso incluyendo dejar zapatos y ropa fuera de la casa para luego lavarla, entrar a la casa directo a la ducha, etc. gracias a Dios todo salió bien.

Otra situación difícil fue que las reglas del hospital cambiaban constantemente. En algún momento se discutió no permitir ningún tipo de visitas. En ese caso Amanda hubiera dado a luz a nuestra hija sola y eso hubiera sido muy difícil. Al final del día todo salió bien. Fuimos bendecidos con nuestra tercera hija y sobrellevamos todas estas angustias con mucha fe y esperanza.

 

 

Grace Cassis Abeiga

Nuestra experiencia como padres podemos decir que fue difícil, porque se acercaba el día del parto y la situación en el país continuaba complicada por el Covid-19, lo que dificultaba nuestra decisión sobre dónde y con quien realizar el parto.

Lastimosamente a último momento nos tocó tomar la decisión de realizarlo en el Hospital Alfredo Paulson, que tras muchas averiguaciones resultaba ser la mejor opción, pero debía realizarlo con un médico residente del hospital mas no con mi doctor de siempre, el que me había atendido mis dos partos anteriores. Lo suscitado hizo que me sintiera muy nerviosa, porque sabía que esta iba a ser una experiencia totalmente nueva.

Adicional a esto por la situación, los planes que teníamos con nuestra familia debieron ser cambiados, mi mamá que vive en Estados Unidos a quien no veo hace algunos meses, no pudo lograr venir para el nacimiento de mi bebé, ni para el de mi hermana quien dio a luz 5 días después que yo, pero entre risas y llantos nos mantuvimos conectadas por medio de videollamadas todo el tiempo para sentirnos cerca una a la otra. A pesar de las circunstancias gracias a Dios todo salió muy bien y no hubo ninguna complicación.

 

 

Escrito por: Angel Ayala Arboleda.

 

Compartir: