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Un video genial que te ayudará a afianzar más tu fe: ¿Qué podrán tener en común las abejas con mi vida cristiana? ¡Un video genial!

Las abejas, pequeños animales que habitan toda la tierra, cuentan con unas 20.000 especies diferentes, la mayoría de ellas son solitarias, otras viven en grandes colmenas.

Son las responsables de la polinización y por tanto, de la reproducción de miles de plantas y especies vegetales que sirven tanto para el equilibrio de los ecosistemas como para el alimento y bienestar del ser humano. ¡Es increíble!

Pero ¿qué podría enseñarnos una colmena de abejas en pleno siglo XXI, cuando el hombre ha aprendido a cultivar químicamente y ha logrado avances increíbles a nivel científico y tecnológico? Veamos este video genial de BBVA y reflexionemos en algunos puntos.

 

 

La búsqueda del bien común

Las integrantes de la colmena de abejas trabajan fuertemente con tal de que la colmena esté bien. Y no de cualquier manera, sino de la mejor, traban en equipo, unas por otras, son conscientes de que si la sociedad está bien, cada individuo lo está. Parece simple, ¡pero a nosotros nos cuesta tanto!

Toda sociedad legítima debe trabajar arduamente por la consecución del bien común, el Catecismo de la Iglesia nos enseña en el numeral 1906, que el bien común es: «El conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección».

Esto es justamente lo que hacen las abejas, ¡son tan pequeñas y tan grande su misión en el planeta! El bien común afecta la vida de todos. Por esto, es necesario que comprendamos que ningún acto individual queda aislado de las consecuencias sociales, ¿tus acciones están motivadas por el bien propio o por el bien común?

 

abejas 1

 

La solidaridad en la colmena

La única manera de que la sociedad funcione es que esté basada en la solidaridad, si no comprendemos esto, no vamos a lograr el cambio que tanto queremos.

Una colmena no funcionaría si las abejas trabajaran cada una por lo suyo. Pensemos que la solidaridad no se limita a actos de caridad o beneficencia, sino que va mucho más allá.

Expresiones de tolerancia, de respeto, de apoyo o promoción, así como la defensa de la dignidad y el acoger a todos por igual buscando la justicia, son aristas de la solidaridad.

Ser solidarios garantiza que la sociedad humana esté marcada por estrechos lazos de comunión, que garantizan un sano deseo de paz y justicia. El video nos aporta muchos elementos que a simple vista parecen solo de interés para un grupo reducido, pero que en realidad nos sirven a todos para recordar que nos necesitamos los unos a los otros.

Que si lo hacemos en equipo todo puede funcionar mejor, que si trabajamos con solidaridad y esfuerzo desde cada pequeño rincón de este mundo que habitamos, el impacto puede ser enorme.

Las abejas pueden ocupar tres puestos, aceptan su categoría y dedican toda su vida a dar lo mejor de sí en el sitio que les corresponde. ¡Qué bien funcionaríamos nosotros si aceptáramos nuestro lugar y misión en el mundo y trabajáramos por ello a diario!

 

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El cuidado de la naturaleza

Finalmente, el cuidado de la naturaleza como la contemplación de lo que ella nos enseña, este será el medio por el cual los seres humanos podremos encontrar un sincero equilibrio tanto social como ambiental. Único medio que nos pueda garantizar la transformación del mundo.

Recordemos las palabras de Darwin, «El ser humano es un tipo de animal, inextricablemente ligado a los demás animales: en origen y linaje, en la salud y en la enfermedad». Es asombroso pensar que el trabajo conjunto de estos diminutos seres, tenga un impacto tan grande.

 

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Escrito por: Mauricio Montoya, vía Catholic-Link.

 

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