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Un estudio, en 26 países, nos da las respuestas.

Hemos leído, en múltiples ocasiones, reportajes y artículos que relatan investigaciones sobre la hipótesis que profesar una religión hace que las personas sean más felices que aquellas que no lo son, o que lo fueron alguna vez, pero ya la religión no les dice nada.

Basado en este muy robusto caudal de trabajos previos, el centro de análisis Pew Research Center (PRC) ha hecho un estudio en 26 países del mundo para saber si las personas religiosamente activas son más felices que aquellas que están inactivas religiosamente, o aquellas que no tienen afiliación religiosa.

Los investigadores dividieron a los encuestados en tres categorías: los “religiosos activos”, que se identifican con una religión y asisten a un servicio religioso al menos una vez al mes; los “inactivos religiosos”, que se identifican con una religión pero asisten con menos frecuencia y los no afiliados, quienes no se identifican con ninguna religión.

Un binomio muy cercano

En general, el informe del PRC señala que las personas activamente religiosas tienen más probabilidades que las personas inactivamente religiosas o que las que no están afiliados ni profesan religión alguna a describirse como “muy felices” en aproximadamente la mitad de los 26 países encuestados.

Por mucho, los mexicanos que son activamente religiosos ocupan el primer sitio en el “ranking” mundial en definirse como “muy felices” (71 por ciento), aunque la brecha no es tan amplia con los que son “muy felices” siendo religiosamente inactivos (64 por ciento) y no afiliados (61 por ciento).

A México le siguen Colombia (58, 55 y 53 por ciento son “muy felices” entre los religiosamente activos, los inactivos y los no afiliados, respectivamente); Ecuador (56, 62 y 58 por ciento); Australia (45, 33 y 32 por ciento) y Japón (45, 31 y 34 por ciento).

España y Bielorrusia ocupan el penúltimo y el último lugar de los países encuestados por el PRC en términos de que las personas religiosamente activas se declaren como “muy felices”.

En España solo 13 por ciento de los religiosamente activos se conciben “muy felices” (contra 18 por ciento de los inactivos y 15 por ciento de los no afiliados), mientras que en Bielorrusia los porcentajes son de 11 por ciento de los activos al igual que los no afiliados y 13 por ciento de los inactivos.

Otros temas de interés

La investigación del PRC también trató de comprobar otras relaciones entre religiosidad activa, religiosidad inactiva y ausencia de afiliación religiosa. Por ejemplo, en el rango de la salud, no encontró una conexión clara entre la religiosidad y la probabilidad de que las personas se describan a sí mismas como en estado de salud general “muy bueno”.

Hay mucha mayor evidencia de que los religiosos activos son generalmente menos propensos que los no afiliados a fumar y beber. Las religiones a menudo desaprueban ciertos comportamientos poco saludables, y esa tendencia parece reflejarse en los datos sobre fumar y beber.

Así mismo encontró el PRC que las personas que asisten a servicios religiosos al menos una vez al mes a menudo son más propensas que las que no se identifican con ninguna filiación religiosa a unirse a otros tipos de organizaciones (no religiosas), como organizaciones benéficas y clubes.

Finalmente, otro hallazgo de esta investigación fue que los religiosos activos generalmente tienen más probabilidades que otros de votar. De hecho, no hay países en los que los religiosos activos tengan significativamente menos probabilidades de votar que otros.

Más estudios que lo confirman

Los investigadores estadounidenses sostienen que hay una fuerte correlación entre las creencias religiosas y la sensación de felicidad. El estudio del Austin Institute for the Study of Family and Culture realizó una encuesta entre 15.738 estadounidenses de entre 18 y 60 años. La conclusión del sondeo fue que el 45% de las personas que atienden ceremonias religiosas regularmente declararon ser felices, mientras que tan solo el 28% de los que no lo hacen dieron esa misma respuesta. Además, las personas que nunca van a la iglesia se mostraron más propensas a sentirse desafortunadas.

Vía Aleteia

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