Compartir:

Cómo hacer que sea una herramienta para enseñarle el valor del dinero sin que se convierta en manipulación.

Darle una cantidad de dinero mensual a tu hijo para que aprenda administrarse y entienda el valor del dinero, en general, parece una buena idea. Sin embargo, a veces quedan muchas interrogantes abiertas: ¿A qué edad? ¿Se lo doy a cambio de no hacer nada? Si se lo doy a cambio de ciertas tareas, ¿cuáles deben ser? ¿Cuánto dinero le doy? ¿Cómo le enseño a ahorrar en lugar de que se gaste todo el dinero en juguetes y golosinas? Aunque cada niño es diferente (y el ejemplo que se ve en casa también), aquí les dejamos algunas respuestas.

¿Cuándo empezar?

Lo ideal es hacerlo una vez que veas que tu hijo está empezando a tener conciencia del dinero. Generalmente esto ocurre desde los 4 o 6 años. Es cuando ya tú empiezas a explicarle y hablarle del dinero (a veces sin darte cuenta). Un típico ejemplo es cuando vas al supermercado con él y ya cuando toma las galletas y quiere abrirlas le dices: “espera, debemos pagarlas primero”.

Asimismo, es importante darles dinero en efectivo, ya que será más fácil cuando vean el billete (así todavía no sepan sumar y restar) e interactúen con él. Explicarle el funcionamiento de una tarjeta de crédito puede esperar a su adolescencia.

¿Cuánto dinero debo darle?

Por supuesto, esto va a depender de las finanzas familiares. Sin embargo, la idea no es que sea un gran monto, ya que cuando se trata de niños (sobre todo pequeños), es más para enseñarles el valor del dinero, ya que sus necesidades (y seamos honestos, ciertos gustos y antojos) ya están cubiertos por los padres. Puede ser el equivalente a su edad o la mitad de la misma (hasta los 12 años) por semana, o esta misma cantidad quincenal (mensual es más recomendable para niños más grandes).

Otra cosa que es recomendable es tener tres alcancías: una para gastar (cosas que sean más a corto plazo, como un helado), otra de ahorro y otra de donaciones. De esta manera, no sólo le enseñarás el valor del dinero, sino la importancia de tener siempre un respaldo y también la importancia de ayudar a los demás (pregúntale a qué causa le gustaría ayudar con su dinero). No tienen que ser alcancías elaboradas, pueden ser tres envases con etiquetas (incluso esto puede ser un bonito proyecto de manualidades en casa).

¿Lo hago como recompensa de alguna tarea del hogar?

Sí y no. Hay tareas que son básicas que no deberían estar sujetas a un pago (como recoger los juguetes) sino que son parte de la convivencia en familia y así lo deben tomar. Además, la idea es que su primera relación con el dinero sea “divertida”, no que esté relacionada únicamente a obligaciones.

Además, no quieres que tu hijo decida no tender su cama u ordenar su cuarto porque igual no necesita el dinero esa semana. En todo caso, se puede recompensar con dinero extra tareas del hogar que no sean tan comunes para incentivarlos a trabajar si quieren algo en particular.

En cuanto a utilizar el dinero de la mesada como premio y/o castigo, tampoco se aconseja, ya que la idea es que la relación del niño con el dinero sea lo más estable posible y lo vea como un “sueldo”.

Asimismo, más allá de la paga, es importante irle enseñando a tu hijo sobre finanzas desde pequeño para que de adulto tenga mejores hábitos y tome mejores decisiones. No se trata de clases de economía y mucho menos, pero aprovechar las pequeñas oportunidades que la misma rutina brinda para enseñarle cosas.

Igualmente, si sabes que un familiar le va a regalar dinero a tu hijo, y tienes la confianza, sugiérele que lo haga con sencillo (suelto), de manera que pueda distribuir su dinero en sus tres alcancías de gastos, ahorros y donaciones. Cuando sea adulto, muy probablemente seguirá poniendo esto en práctica (en la medida de lo posible) porque será una rutina financiera que le fue inculcada desde niño.

Por Adriana Bello, vía Aleteia
Compartir: