Dentro del hogar, debe existir mucho amor y límites, esto determina un desarrollo más adecuado en los integrantes de la familia.
Los limites se establecen desde que los niños son pequeños, al poner un límite en los niños pequeños debe haber una alternativa. Por ejemplo, si un niño raya una pared, se le puede dar una opción donde sí pueda hacerlo y pueda sacar a flote su creatividad, por otra parte, se lo invita a limpiar la pared.
Los límites siempre deben ponerse con respeto, ni la violencia es sinónimo de límites ni el respeto es sinónimo de sobreprotección. Son conceptos totalmente distintos. Dentro del hogar se puede establecer una especie de constitución donde se plasmen las reglas, esta puede incluir, sacar la basura, poner los individuales antes de tomar alimentos, ordenar las habitaciones, tender la cama, etc.
Las actividades pueden ir distribuidas de acuerdo con la edad, lo importante es que todos los integrantes participen. Al elaborar las reglas pueden firmar una hoja con la descripción de actividades y ponerla en un lugar visible.
También es importante establecer rutinas en los horarios, por ejemplo, la hora de dormir, esto también ayudara a que se acojan de forma más rápida y sin resistencias.
También es muy importante que existan momentos de esparcimiento, juegos de mesa, salidas al parque, actividades al aire libre, etc. Cuando hacemos esto los niños, crecen respetando las reglas y esto les ayudara a sentirse más seguros, y al cumplimiento de normas en la sociedad. La ausencia de límites puede causar confusión y es probable que al crecer no sepan cómo asumir las reglas sociales.
Los límites deben ser
Concretos, específicos, sin rodeos, hay que usar frases en positivo, por ejemplo, en lugar de decir; no dejes desorden, decir: deja tu espacio ordenado. Se deben poner de forma tranquila y firme, sin gritos ni sumisión. Al poner un límite hay que tener en cuenta que el lenguaje no solo se compone de palabras sino de tonos, silencios y expresiones.
Las palabras tienen un impacto del siete por ciento y los gestos movimientos y tono de voz completan el cien por ciento. Por lo tanto, no hay que dar muchos rodeos ni usar un tono elevado ni muy bajo para evitar que el comunicado no sea inadecuado. Al finalizar la conversación de los acuerdos establecidos, preguntar si fue clara la instrucción así ambas partes, tendrán el mensaje claro.
Para que exista un ambiente libre de ambivalencias, es importante que papá y mamá tengan conversaciones previas acerca de los reglamentos como horarios, actividades, etc. Esto ayuda a que no exista ningún tipo de desautorización frente a los hijos, así no hay confusión ni mal entendidos que lleven a concluir al menor que existe un padre mas accesible, sino, más bien que concluya que las reglas son necesarias y que parte dentro del amor los limites son necesarios.
A medida que pasa el tiempo las reglas y distribución de actividades pueden ir variando de acuerdo a la etapa del desarrollo de los más pequeños. Mantener un dialogo abierto y preguntar cómo se sienten los integrantes de la familia, facilitara que la armonía y el amor se mantengan siempre.
Escrito por: Carol Obando, Directora Centro Internacional de PNL, Coaching y Psicología.
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