La infidelidad es un abuso o mal uso de la confianza que se ha depositado el otro en el otro en una relación. ¿Qué la produce realmente?
La palabra infidelidad viene del latín “infidelitas”, y significa «traición». Pero, más allá de su significado etimológico, es una palabra con una carga emocional que puede resultar violenta a nuestra alma. Tanto es así que en muchos casos con solo escucharla te duele el corazón.
Para quien ha padecido la traición y no ha logrado superarla, la palabra “infidelidad” le parecerá una lanza al corazón: probablemente en menos de veinte segundos pasen por su cabeza miles de imágenes que afirmen su dolor aún no sanado.
La infidelidad de pareja es la ruptura de una promesa de permanecer confiables el uno al otro. Es un abuso, o mal uso, de la confianza que se habían depositado el uno al otro en una relación. Por eso, una infidelidad puede destruir una relación y a quienes forman parte.
¿Cuándo se considera infidelidad?
Solemos asociar la infidelidad únicamente a la relación sexual de nuestra pareja con otra persona. Pero ese acto sexual fue simplemente la exteriorización del adulterio ya cometido en el corazón. Nadie “cae en una infidelidad”: es más bien un camino que se recorre y en el que se imagina, se desea, se codicia… y, finalmente, se plasma en un acto sexual o contacto físico indebido.
Pero también existe la infidelidad emocional, un tipo de infidelidad que conlleva la interacción de un carácter íntimo y afectivo con otro, el cual también rompe con el compromiso en el que se basa la relación de pareja. Por ejemplo, existen los “ciberamantes”, una moda que ha dejado heridas profundas.
Muchas personas empiezan a sentirse cortejadas y valoradas por este amante virtual. En consecuencia la autoestima mejora y el deseo resurge. Las relaciones virtuales, aunque no involucran lo físico, también suelen crear conexiones emocionales muy fuertes. Por esa razón, el “ciberinfiel” termina perdiendo el interés en su pareja, y hasta se puede disolver el vínculo matrimonial a causa de un amorío así.
Sea como fuere, algo se rompió: algo sagrado, delicado y puro se quebró, y de ahí en adelante hay que reconstruir todas las áreas que fueron derrotadas a causa del engaño (autoestima, confianza, sentimientos, respeto, comunicación, etcétera).
Las consecuencias (y cómo enfrentarlas)
Nada justifica una traición, pero sí debemos liberarnos de la esclavitud emocional, de ese sabor amargo que nos dejó y del golpe a la autoestima. Una persona que es víctima de una infidelidad puede experimentar sentimientos de abandono, traición, enojo e incluso se puede sentir usada o burlada.
Para muchos después, la primera reacción de descubrir una infidelidad de su pareja es terminar con la relación. A la mayoría les resulta difícil imaginar tener nuevamente una relación normal después de tal violación de confianza. La sola imagen del esposo o la esposa teniendo relaciones sexuales en los brazos de una amante resulta perturbadora y hace difícil evitar el surgimiento del resentimiento.
Sin embargo, algunos deciden reconstruir el pacto roto. Esta es una tarea extremadamente difícil, que requiere de mucha paciencia. La pareja infiel tiene que darle la oportunidad a su pareja de superar su resentimiento, y la pareja engañada tiene que trabajar en darle nuevamente un voto de confianza (de lo contrario, no tendría sentido continuar la vida juntos).
Opciones en libertad
Perdonar es una decisión que debemos asumir; ahora, reconstruir la relación es una opción. Porque cada uno es libre de decidir si darle otra oportunidad para reconstruir la pareja o no. Pero independientemente de que sigan estando juntos, perdonar es una decisión que sí o sí tenemos que tomar para poder vivir en libertad y sin ataduras emocionales.
El primer paso para ser libres del dolor de la traición es cultivar confianza. Pensarás “Uuuufff … confianza”, un valor en peligro de extinción. «Qué difícil es confiar en estos tiempos» es una frase que se escucha a diario. Y sí: nadie dijo que sería una tarea fácil, pero es uno de los frutos más loables que debemos aprender a entregar.
La confianza en el otro no es fácil, pero la necesitamos incluso a pesar de las desilusiones que nos han causado. O acaso, ¿quién puede ir por la vida sin confiar en nadie?
El verbo “confiar” significa “depositar en alguien, sin más seguridad que la buena fe y la opinión que de él se tiene, algo material, un proyecto, amistad, amor o cualquier otra cosa y esperar con firmeza seguridad”.
Si mi pareja fue infiel, ¿qué hago…?
Vamos a explicitar que sí y que no hacer:
- NO tenés que conocer los detalles. Si presionás e insistís para ahondar en todo lo ocurrido con lujo de detalles, te será imposible perdonar.
- Tampoco es aconsejable que conozcas a la persona con la que tu pareja te fue infiel; ni en persona, ni por redes sociales. Eso solo te conducirá a compararte con la persona y, además de afectar tu autoestima, te cargará una atadura emocional más. Es probable que esto desate una dependencia de saber qué hace o deja de hacer esa persona, y tu grado de felicidad puede llegar a depender de si a esa persona le va mal o bien.
- SÍ debés saber si consistió en sexo casual o si hubo una relación afectiva. Si hubo afectividad de por medio, puede intentar seguir con ambas relaciones a la vez. Si fue sexo casual, puede incurrir en ese mismo comportamiento, más adelante.
- También debés chequear no haberte contagiado de alguna enfermedad de transmisión sexual, por lo cual, independientemente de tu decisión de seguir con la relación o no, debés ir al médico y pedir un chequeo para enfermedades de transmisión sexual más comunes.
- SÍ debés saber si tu pareja infiel tiene algún síntoma genital, en cuyo caso deben consultar juntos a un médico.
- También debés saber si fue con una sola persona o con más. Cuanto mayor sea la cantidad de parejas, mayor el riesgo de que padezcas alguna enfermedad de transmisión sexual. El perdón no otorga inmunidad física ni a vos ni a tu pareja.
Importante
Debemos entender que será una decisión, en primer lugar, personal y, en segundo, de la pareja perdonar la infidelidad y continuar o no con la relación. Teniendo presente que, si deciden seguir, el principal desafío será reconstruir la confianza, reto que deberán superar como equipo. Y, a pesar del dolor que te han causado, debes tomar decisiones que procuren tu integridad física y emocional.
Escrito por: Pepy Echeverría, Docente (profesora de matemática) y Especialista en Sex Coaching. Coordinadora de la Fundación “Impulsando Vida” y Preventora de abuso sexual infantil. Vía amafuerte.com
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