Se enseñan poco a poco, en familia, y principalmente con el ejemplo de los padres.
“Los tiempos han cambiado mucho. Ya nadie tiene buenos modales”, es lo que la mayoría de la gente podría expresar. Y sí, el mundo ha sido sometido a grandes cambios en diferentes aspectos, y dentro de esto, ha sufrido cambios la sociedad y las relaciones humanas. Las personas gozan de mayor autonomía y libertad que en los siglos pasados (las mujeres en especial), y eso les ayuda a ser más felices. Sin embargo, estos cambios y novedades han hecho que dejen de lado la importancia de tener un trato amable y correcto con los demás, considerar lo importante de ser personas y expresar nuestro respeto en las situaciones cotidianas
Detengámonos un momento a observar el “apuro” que lleva la gente en la calle, sin saludarse, todos se quieren ganar el paso, observémoslo en el tráfico, cuando realizan una compra o solicitan un servicio, pocas personas dicen “por favor” o “gracias”, escuchamos hasta groserías a gritos por cualquier motivo.
Ese desorden también se presenta dentro de las casas, cuando dentro de la familia no se toman turnos para hablar, dejan sobras de comida en la mesa, hay ropa sucia fuera de su lugar, las malas condiciones en que se deja el baño después de su uso. Esos descuidos manifiestan desatención por los demás y hacen que la vida diaria se vuelva desagradable y difícil dentro y fuera de casa. Se necesita que sean los padres quienes enseñen las normas de cortesía tan comunes como colocarse la servilleta sobre las rodillas, o dirigirse a un adulto diciendo «señor» o «señora».
Antes de darles lecciones de cortesía a tus hijos, recuerda estos tres puntos importantes:
1. Los niños aprenden observando lo que hacen los adultos, por lo que sus lecciones de etiqueta deben complementarse con sus acciones cotidianas.
2. Recuerda premiar a tus hijos por hacer lo correcto, en vez de reprocharles todo el tiempo por lo mal hecho.
3. La cortesía empieza por la casa. El hecho de que no haya visitantes no quiere decir que se dejen de practicar los buenos modales.
Lo básico en modales A continuación unos sencillos y buenos modales que son pilares de una buena educación: • Las cosas hay que pedirlas ¡por favor (cuesta muy poco y aporta muchísimo). • Saludar a la hora de entrar a un establecimiento público y también despedirse. • Cuando se viaja en un transporte público se debe ceder el asiento a ancianos y embarazadas. • Cuando se entra a algún sitio, se debe dejar salir antes de entrar. • Se debe pedir disculpas (si fuera necesario). • Dar las gracias. • Si por la calle nos cruzamos con alguien conocido, se le debe saludar. • Hay que apagar el celular en lugares públicos (cine, médico, reuniones importantes, la iglesia)… • Son muchos más, pero iguales de sencillos, cotidianos y fáciles de vivirlos para poder enseñarlos.
Por Roxana Maquilón de Merchán
Terapista de Lenguaje, Ms. Neuropsicología y Educación