¿Cómo los hogares pueden medir la calidad de sus gastos y tener el control sobre sus finanzas diarias?
Se acerca fin de año y con ello los hogares ecuatorianos tienen como meta realizar un análisis de su presupuesto familiar, lo que conlleva a reevaluar la calidad de los gastos que están realizando, para así no afectar las finanzas del hogar.
De acuerdo al estudio Educación y bienestar financiero, tarea pendiente en Ecuador y la región, en el índice de educación financiera, nuestro país ocupa el cuarto puesto de ocho países de América Latina, lo que muestra que el nivel de educación en este ámbito de la población ecuatoriana está rezagado frente a los países vecinos que de por sí obtuvieron un puntaje bajo ya que el promedio de nuestra región fue 12.2 sobre 21 puntos.
Es importante empezar a inculcar en la población hábitos de salud financiera. Para ello, recomienda que se pueda empezar con un presupuesto familiar que tome en cuenta la calidad del gasto.
La clave para identificar si un gasto es de calidad, es analizar si responde a una necesidad o a un deseo. Lo recomendable es destinar un 50% para gastos por necesidad, 30% para gastos por deseos y 20% para ahorro.
¿Cómo las familias pueden reconocer la calidad de sus gastos?
El primer paso es enlistar los ingresos y egresos familiares. Luego categorizar los egresos en gastos de necesidad o deseo y, finalmente, reajustar el presupuesto.
Paso a paso:
Identificar ingresos y egresos
a. Los ingresos provienen de entradas de efectivo o especie que reciben uno o varios miembros del hogar, con cierta frecuencia y periodicidad. Para trabajadores bajo relación de dependencia son los sueldos y salarios.
Asimismo, pueden ser ingresos en especie como suplementos a los salarios como vivienda, transporte y/o subsidio de transporte, planes telefónicos, seguro médico privado, alimentación en la jornada laboral, servicios de guardería, entre otros. Para las personas que trabajan de forma independiente sus ingresos provienen de los bienes y servicios que ponen a disposición de sus clientes. En ambos casos, los ingresos también pueden provenir de arriendo de propiedades e interés de inversiones.
b. Los gastos son los egresos que hacemos para adquirir bienes y/o servicios, de los cuales no se espera ninguna rentabilidad a futuro como alimentación o ropa.
Categorizar los gastos
a. Los gastos por necesidad son todos aquellos que necesitamos para mantenernos vivos, saludables y para desempeñar la actividad principal, según nuestro ciclo de vida. Estos gastos no se pueden eliminar, pero si reducir. Por ejemplo: se puede dejar de vivir en una casa grande y pasar a vivir en un departamento con un menor costo; es posible movilizarse en transporte público y dejar de utilizar el transporte privado.
b. Los gastos por deseo son los que se podrían eliminar por completo y, aun así, nos permitiría mantenernos con vida, salud y realizar la actividad principal. Por ejemplo: entretenimiento (televisión por cable, música, arte, asistencia a eventos), gastos de ocio (licor, fiestas, restaurantes) o gastos de apariencia (joyas, perfumes, ropa de marca, peluquería).
Elaborar el presupuesto
Una vez que se ha enlistado los ingresos y egresos, y se ha categorizado qué tipo de gastos son, es hora de elaborar un presupuesto que se ajuste a la regla 50% (gastos de necesidad), 30% (gastos de deseo) y 20% (ahorro). Si la familia no tiene capacidad de ahorro, puede pensar en reducir gastos, sanear deudas y diversificar ingresos.
Registro de gastos
Se recomienda hacer de este ejercicio un hábito a través del registro de gastos por necesidad y por deseo de forma periódica y evaluar los resultados. Al iniciar se puede puede tener resultados del 80% – 15% – 5%; sin embargo, con disciplina y decisión se puede llegar a cumplir la regla de oro 50% – 30% – 20%.
Fuente: Karina Díaz, experta en Educación Financiera de Fundación CRISFE.
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