Compartimos contigo varios mitos y realidades respecto a los métodos naturales de reconocimiento de la fertilidad.
Cuando los esposos deciden empezar a reconocer su fertilidad, ya sea para buscar o posponer el embarazo, llegan a mi consulta con una serie de ideas preconcebidas acerca de lo que estos métodos son y de cómo se viven.
Y debo decirlo: muchos llegan con escepticismo respecto de que realmente puedan vivir una sexualidad plena con responsabilidad y alineada a sus objetivos como matrimonio y familia. Y, ¿saben qué? No los culpo, porque es tanto lo que se escucha decir de estos métodos —la gran mayoría de ello, mitos— que el sólo hecho de que vengan a mí para saber un poco más del tema y tomar la decisión de emprender este camino ya es proeza de valientes.
Sin embargo, sí quisiera en este artículo aclarar algunas falsedades que se transmiten acerca de estos métodos y precisar las realidades que son palpables al reconocer la fertilidad. Por eso, empezaremos por desmentir los principales mitos que seguramente ya habrán escuchado cuando se habla sobre métodos de planificación familiar naturales.
“No son efectivos para posponer el embarazo”
Se trata de una de las mentiras más difundidas a pesar de la evidencia científica contundente que refuta esta conjetura. Para no caer en ella, es necesario estudiar, y por eso a todas las parejas que acompaño siempre les proporciono las investigaciones más recientes y de calidad que muestran que los MRF, los métodos de reconocimiento de la fertilidad (MSTDC: método sintotérmico de doble comprobación, MOB: método de ovulación de Billings y el modelo Creighton), son altamente efectivos, con tasas de eficacia en 1 año que oscilan entre el 98.9 y el 99.6% para posponer el embarazo.
Esas tasas son de hecho comparables a los métodos anticonceptivos hormonales y no hormonales, e incluso, superiores a algunos de estos. Específicamente, para el MSTDC y el MOB, los 2 métodos que enseño en mi consulta, se ha establecido una tasa de embarazos inesperados de 2 por cada 100 mujeres en 1 año para el MSTDC y de 1.02 por cada 100 mujeres en 1 año y 2.82 por cada 100 mujer en 2 años para el MOB.
Además, vale la pena resaltar que reconocer la fertilidad no sólo permite posponer el embarazo, sino también buscarlo con relaciones sexuales dirigidas a la ventana fértil con precisión exacta, reduciendo el tiempo para lograr el embarazo. Y, en parejas con infertilidad, permiten encontrar las causas subyacentes, para tratarlas y tener una mayor tasa de embarazo.
“Es muy difícil aprender a reconocer la fertilidad”
Esto es repetido por muchos, pero, ¿saben qué? Usualmente, los que lo dicen no han tenido la valentía de lanzarse a aprender con una asesoría profesional especializada. Por otro lado, sí es importante decir que estos métodos implican conocer nuestro cuerpo femenino, entender cómo funciona desde la biología y, por lo tanto, sí requerirá de un tiempo (alrededor de 3-6 ciclos) para que podamos comprender con profundidad nuestro ciclo. Sin embargo, ¡puedo asegurarles que vale la pena!
Asimismo, algunos mencionan como un posible impedimento o dificultad para este aprendizaje que el esposo debe estar presente, debe estar de acuerdo, debe emprender el camino con su esposa. Pero, donde algunos ven una posible problemática, puedo decirles que yo veo unos esposos corresponsables de su fertilidad, esposos que saben que la fertilidad es de los dos y actúan en consecuencia.
Tal vez para aquellos que no tienen esta visión —poco común, por cierto, en nuestra sociedad actual— la propuesta del reconocimiento de la fertilidad no sea atractiva. Pero eso no le quita la riqueza y la belleza del crecimiento que las parejas experimentan, y que he podido constatar a lo largo de mi profesión sirviendo en este acompañamiento personalizado.
No obstante, cabe mencionar que las mujeres solteras que quieran reconocer su fertilidad para tener un autoconocimiento de su cuerpo y su ciclo ovárico también pueden iniciar este proceso de aprendizaje, que les permitirá evaluar y mantener su salud femenina permanentemente.
“Es imposible vivir la abstinencia en el periodo fértil”
La dificultad para vivir la abstinencia en el periodo fértil (continencia periódica) es una preocupación común a la gran mayoría de esposos que inician este camino, y ciertamente se la ve expresada cuando iniciamos este aprendizaje. Sin embargo, es importante aclarar que los estudios han evidenciado que el 65 % de las parejas raramente tienen dificultades para vivirla; y esto se debe a que esta vivencia se relaciona directamente con la comunicación de la pareja y con el amor fundamentado en la amistad.
Es decir: aquellos esposos que pueden expresar con libertad cómo se sienten, y que ven en este tiempo de continencia un periodo para fomentar el amor y expresarlo a través de las otras dimensiones de su sexualidad no genital, verán la abstinencia sexual no como un obstáculo, sino como la oportunidad para crecer en amor. Ello fomentará el diálogo, al permitirles conversar sobre los deseos y necesidades mutuas —especialmente en el área sexual, que pocas veces o NUNCA son compartidas en el matrimonio—, leer juntos un buen libro de sexualidad o relaciones y reflexionar, salir a comer solos, ir a ver una película… Las posibilidades son infinitas, porque el amor es creativo, pero sólo si nos abrimos a la casualidad de que lo sea.
“Los métodos de reconocimiento de la fertilidad son antinaturales porque implican la abstinencia en el tiempo de máximo libido (cercano a la ovulación), secundario al pico estrógenos”
Las investigaciones han demostrado que los tiempos de mayor libido en la mujer son los días pre y post-menstruales, y adivinen cómo son estos periodos en nosotras… ¡pues son infértiles! Cero represiones: estos métodos nos permiten vivir, aceptar y amar nuestra naturaleza.
Ahora, si bien es cierto que algunas mujeres también tienen un pico de libido cercano al pico de estrógenos preovulatorio, la siguiente pregunta sería: ¿los anticonceptivos son la solución a esta premisa, que hace hincapié en lo “no natural” que supuestamente tendrían los métodos de reconocimiento de la fertilidad?
La respuesta es NO. Los anticonceptivos hormonales (los más difundidos y utilizados por las mujeres a nivel mundial) generan que la mujer ponga un pare a su ciclo hormonal, es decir que su cuerpo se duerme, mientras que sus órganos empiezan a regularse por las hormonas que están utilizando (orales, inyectables, implantes, dispositivos intrauterinos, etc.).
Así, una mujer que usa anticonceptivos no tiene pico de estrógenos y, por consiguiente, la libido de muchas mujeres que los usan puede verse afectada, presentando deseo sexual hipoactivo y resequedad vaginal que dificulta la lubricación durante la relación sexual. De esta manera, un reciente estudio encontró que el 16,6 % de las usuarias de MRF y sólo el 5.7 % de las usuarias de anticonceptivos tenían más deseo sexual y orgasmo al iniciar el uso de cada uno de estos métodos.
Por último, en este punto es importante precisar que, en nosotros, los humanos —a diferencia de lo que ocurre con los animales—, el deseo sexual no solo es regulado a nivel hormonal, sino también por la comunicación, por la relación interpersonal entre los esposos, por las distintas situaciones y factores psíquicos.
Los métodos de reconocimiento de la fertilidad solo pueden ser vividos por los esposos que tengan poca actividad sexual
Las encuestas de un reciente artículo evidencian que la satisfacción en la frecuencia sexual de las parejas que usan anticonceptivos, versus los que viven el reconocimiento de la fertilidad, no tuvo diferencias estadísticamente significativas (60,1 % en los usuarios de MRF y 58,7 % en los usuarios de los anticonceptivos).
Un estudio más antiguo encontró que la frecuencia sexual de las parejas que usaban anticonceptivos fue de 6-9 veces, versus aquellos que reconocían su fertilidad para posponer el embarazo —que se “restringen” más respecto de las relaciones sexuales—; y este último fue de 6-8 veces; es decir, sin diferencias representativas.
De esta forma, hemos revisado, analizado y desmentido con evidencia científica determinante los principales mitos acerca del reconocimiento de la fertilidad y de su vivencia, y hemos podido vislumbrar un poco de la bella realidad de quienes deciden iniciar este viaje de conocimiento mutuo.
Escrito por: Ana Carolina Rojas Figueroa, Ginecóloga & Obstetra de la Universidad de La Sabana en Bogotá, Colombia, vía amafuerte.com
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