En el mundo laboral actual acceder por primera vez a un trabajo tras concluir la etapa de formación no resulta nada sencillo.
Cuando me entregaron el diploma por concluir mis estudios universitarios, lo primero que me vino a la mente fue, “¿ahora qué hago?”, un sentimiento muy normal ya que lo que viene es enfrentarnos al mundo real.
La mejor opción
Por este motivo, les recomiendo a todos que no hagan lo que yo hice: sólo estudiar. Hoy me hubiera gustado trabajar antes de terminar mi carrera de Psicología, pero la verdad es que en ese momento pensaba que debía estudiar mucho por el alto nivel de exigencia.
Dada mi experiencia, considero que es muy bueno trabajar antes de terminar tus estudios en empresas que se relacionen con tu carrera, aunque sea unas pocas horas. De esta manera, el impacto de tu primer trabajo no será tan fuerte.
Todavía recuerdo mi primer día de trabajo en la agencia de publicidad Mc. Cann Erickson, estaba muy nerviosa antes de salir de casa, no sabía a lo que me iba a enfrentar, a quienes iba a conocer, cómo sería mi jefe… Solo podía pensar: “bueno ahora sí, a poner en práctica todo lo que estudié”, pero, ¿cómo lo iba a hacer?
Así que ahí estaba yo, y me dije, “un paso a la vez, siempre piensa que podrás y si no sabes algo pregunta antes de meter la pata”. A mis 23 años era directora de Investigación de Mercado, un puesto que no muchas mujeres ocupaban y donde los clientes en las reuniones me miraban, pues casi todos eran hombres y con más años de experiencia que yo. Pero poco a poco me fui sintiendo más segura, ya me había tirado a la piscina y tenía que aprender a nadar, sí o sí.
Adaptarse a la cultura empresarial
Imagino que algunos de ustedes se habrán identificado conmigo. El primer trabajo te crea mucha expectativa y ansiedad, algo que no se parece en nada a las etapas anteriores, en donde tus padres o amigos podían comprender y apoyarte ante cualquier error. Por lo general, un primer trabajo implica otro tipo de responsabilidades como:
- Dar resultados.
- Exponerse a críticas.
- Tener argumentos claros y que puedan sustentar tus decisiones .
- Dejar claras (o mejor, por escrito) las responsabilidades de cada uno y tiempos de entrega.
- Siempre ir a las reuniones con una tablet o un cuaderno para tomar notas.
- Aceptar las equivocaciones e intentar solucionarlas.
Especial para graduados
Hoy en día el panorama para los millennials, es más complicado. Estos pueden pasar años siendo “pasante”, con sueldos mínimos y responsabilidades máximas, supuestamente hasta que “agarres experiencia”, una modalidad de trabajado que antes no era así. A los millennials les toca invertir muchísimo tiempo (y dinero) en sus estudios. Cada vez son más las exigencias en el mundo laboral respecto a tener como mínimo una maestría o un PhD, sin olvidar que deben estar al tanto de las innovaciones en tecnología, redes sociales, además, de contar con experiencia previa que por mantenerse estudiando probablemente no han podido obtener del todo.
También te podría interesar: ‘Millennial, una generación que quiere comerse al mundo’
Recuerden que, aunque el panorama no suene muy alentador, siempre podremos lograr nuestros objetivos si tenemos capacidad de adaptación, buena actitud, motivación y damos siempre lo mejor de nosotros. Estudiemos, sí pero tampoco dejemos de lado lo otro. De esta forma, la palabra “miedo” pasará a ser sólo una palabra más de cinco letras y no algo que nos impida progresar.
Por Psic. Pilar Adell
pilaradell@hotmail.com
@pilaradellpsicologa