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En un momento dramático para Irak- teatro de un conflicto sanguinario, donde se arriesga la partición como consecuencia de la avanzada de las tropas del Califato islámico que han desfigurado la fisonomía de la nación- cristianos y musulmanes se encuentran y rezan por la paz. 

Bajo el lema «No existe Irak sin cristianos», en la tarde del martes en la parroquia de S. Jorge en Bagdad hospedó un momento de encuentro común, una ocasión de encuentro que se tuvo en la vigilia de fiesta de la Trasfiguración y de la Jornada mundial de oración por Irak, que se celebró el miércoles.

Exponentes de la sociedad musulmana, funcionarios de la administración de la capital y de las ciudades limítrofes, personalidades cristianas y simples fieles se reunieron en la iglesia, rezando por la paz y pidiendo el deseo de la «unidad y la solidaridad» para el país. 

Una oración particular se hizo por los cristianos de Mosul, primeras víctimas de la avanzada de las milicias del estado islámico (ex Isis, Estado islámico de Irak y del Levante) que han dado vida a un Califato donde está vigente una rígida sharia.

Los participantes exhibieron banderas de Irak, encendieron velas y cantaron himnos de paz, manifestando el apoyo a los cristianos que viven un momento de grave dificultad, como recordó el Patriarca de los católicos caldeos, Louis Raphael I Sako, que resaltó en carta llamado que envió al Papa Francisco, el cual subrayó el profundo «shock por cuánto está sucediendo en el país». 

El Patriarca Sako agregó que en Mosul las personas «fueron erradicadas» de sus territorio de origen, «depredadas y humilladas a causa de su propia fe cristiana». 

Recordó también la masacre de Sinjar, donde fueron asesinados 70 hombres yazidíes (de etnia kurda y religión yakidí, una síntesis entre islam y religión zoroastrista) y un grupo de mujeres fueron capturadas.

Para el Patriarca de Bagdad, actos como estos «podían suceder hace 2 mil años atrás, pero no hoy», porque «no pertenecen a nuestra ética y a nuestras tradiciones». 

Por esto invitó a los presentes, sin distinción de credos religiosos, a «permanecer unidos» para «salvar a la nación y proteger la vida de las personas inocentes». 

Sako recuerda que Irak, atraviesa una fase crucial de su vida y de su historia, y es siempre más necesaria una «solidaridad a nivel nacional, regional e internacional» para frenar el conflicto, las muertes, la fuga de civiles inocentes. 

Y desea un reforzamiento de «la lógica el diálogo», solo camino para una verdadera resolución de la crisis en una «lógica de solidaridad, confianza y esperanza». «Son necesarias acciones decisivas», advierte y dirigiéndose a los líderes islámicos pide unas «fatwa claras y netas de condena por lo que está sucediendo».

Al finalizar la función los presentes se reunieron en el sagrado de la iglesia, haciendo flamear banderas iraquíes, denunciando la lógica de división en base a la raza, etnia o credo religioso.«Estamos todos unidos por Irak, nuestra madre patria- concluyeron los musulmanes y cristianos todos juntos- e Irak es para todos nosotros».

Vía Religión y Libertad

 

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