«¡No te he sido infiel!» ¿Seguro? 5 puntos para examinar si, sin querer, has comenzado a serlo.
«¡Yo no hice nada malo, solamente…!» es la frase que alguna vez hemos podido escuchar de boca de uno de los dos miembros de la pareja hacia el otro cuando se trata de ocultar un comportamiento que pareciera no ser del todo adecuado. Creemos que la infidelidad jamás tocará a las puertas de nuestra relación, pues suponemos que tenemos muy claro qué es esta.
Creemos saber cómo combatirla, pero la realidad es que esta puede llegar a expresarse de las maneras más sutiles, empieza por poco y después llega a mucho y te contaré por qué.
La palabra «infidelidad» es en esencia una negación de la lealtad al compromiso adquirido con otro. Pero el verdadero punto de la infidelidad- y donde verdaderamente una persona se puede conflictuar- es entender cuándo se ha sido verdaderamente infiel al otro.
Un problema que crece en el corazón de manera silenciosa
Muchas de las discusiones que se dan entre las parejas es sobre si hubo o no hubo infidelidad. Te pongo este ejemplo clásico: vas con tus amigos a comer algo sin tu pareja- hasta ahí nada mal- de repente sale un plan de ir a bailar y tú aceptas ir. Incluso puedes informar a tu pareja que irás a bailar- por ahora, no hay mayor problema-.
Luego, llegan al lugar de la fiesta. Empiezan a bailar, aparece el licor, la música va subiendo de nivel – sin problemas hasta aquí -. En el transcurso de las canciones empiezas a tener más cercanía con cierta persona y poco a poco la situación puede irse escalando. Siguen avanzando en la fiesta y en los bailes.
Hasta aquí, un punto a reflexionar siempre es «¿cómo estoy yo frente a este tema?», «¿qué tan consciente soy que hay escenarios a mi alrededor que me exponen a una mayor probabilidad de ser infiel?».
Cuando se trata de la infidelidad, sin darnos cuenta, empezamos a dar pasos hacia ella y vamos «preparando» todo un terreno que nos conduce a un estado de confusión y vulnerabilidad.
Actitudes a tener en cuenta respecto a la infidelidad
Por eso hay unas actitudes importantes a revisar cuando hablamos de infidelidad y de eso te quiero hablar a continuación:
No filtrar lo que vemos
Efectivamente, la infidelidad tiene un inicio importante en los sentidos: todo lo que vemos y oímos nos puede predisponer para ser infieles. Los hombres por lo general son más visuales y las mujeres más auditivas, cuando de enamorarse se trata.
Por eso, es necesario cuidar nuestros sentidos, siendo prudentes con lo que miramos y con lo que decidimos escuchar, pues esa es la puerta de entrada para una infidelidad.
Para algunas personas esto puede resultar verdaderamente difícil de controlar. Es necesario recordar que la virtud de la modestia puede ayudarnos mucho a cuidar también el corazón de los demás, asegurándonos de no provocar con nuestra forma de vestir a los otros.
Cuida tus amistades
Algo que nos puede influenciar negativamente, en muchas ocasiones, son ciertos amigos. Puede ocurrir que en nuestro círculo de amigos exista alguno a quien el tema afectivo aún le cuesta y le es exigente a nivel personal.
Seguramente ir a una reunión que te expone a otras personas con un amigo que le cuesta este tema puede ser una situación de riesgo que requerirá más atención de parte tuya.
No se trata de terminar las amistades, pero sí de ser más conscientes de los momentos de riesgo para ti y de las personas que te conducen a eso.
Cuida los comentarios y expresiones de afecto hacia otros
El mundo afectivo es verdaderamente amplio. Muchas veces un comentario mal hecho o una expresión de afecto puede ser malentendida por la otra persona. Eso puede conducir a un momento de mayor fragilidad.
Ser fieles también implica- aunque parezca evidente- mantenerme firme afectivamente solamente con mi pareja. Por eso, asegúrate de que tus expresiones de afecto no lleven a confusiones con otra persona y con el grupo de personas que te está observando.
Cuida los mensajes que envías y las fotos que ves
No podemos negar que las redes sociales y medios de comunicación que utilizamos hoy día que nos exponen continuamente a imágenes, conversaciones y demás, que son una puerta de entrada a infidelidades.
Es necesario cuidar las conversaciones que se tienen y las imágenes que se mandan. Si empiezas a tener conversaciones que crees que tu pareja no debería conocer – salvo que le estés preparando una sorpresa por su cumpleaños- es mejor parar y preguntarte: «¿hacia dónde me estará conduciendo esta conversación?».
Sean sinceros en el diálogo sobre este tema
Muchas veces pasa que ante la presencia de un tercero que ronda a uno de los dos miembros, se prefiere guardar silencio por temor a la reacción de la pareja. Es preferible conocer las cosas a tiempo y de boca de tu propia pareja, que darse cuenta después por comentarios de terceros.
Por tanto, si en algún momento aparece alguien que creas puede poner en riesgo tu relación, conversa con tu pareja y juntos afronten la situación.
Esperamos que estos puntos te traigan alguna luz y criterios para saber entender cuando estás en un momento de fragilidad, que puede abrirte las puertas para una infidelidad.
Escrito por: Gary Siuffi e Isabela Cañas, Catholic-Link.
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