Las herramientas tecnológicas deben ir acorde a su edad, se recomienda a los padres establecer reglas y educar con el ejemplo.
Los padres muchas veces se sorprenden de la manera en que las nuevas tecnologías captan la atención de sus hijos y la rapidez con la que los niños se desenvuelven, superando ampliamente los conocimientos de los adultos. Los padres están llamados a prepararse en este tema para orientar a sus hijos en el uso correcto de la tecnología, sin dejar de lado sus riesgos. Además de ayudarlos en la realización de sus tareas, es una herramienta que les permite estar informados a tiempo real de lo que ocurre en el entorno.
A continuación, responderemos ciertas inquietudes que suelen tener los padres, al respecto.
¿Cómo enseñarle a nuestros hijos la importancia del Internet y las nuevas tecnologías sin que su curiosidad exceda los límites?
A los hijos hay que explicarles que, con la ayuda del Internet y las nuevas tecnologías, todo está al alcance tan solo con un clic, pero así como nos ayudan a realizar de manera más rápida y fácil nuestras actividades, debemos advertirles con naturalidad y en lenguaje sencillo, que existen algunos peligros a los que están expuestos, como la pornografía, el sexting y el contacto con extraños.
Acompañarlos en el proceso dará apertura a la reflexión del cómo y para qué se usan el Internet y otras herramientas tecnológicas como el celular, con sus ventajas y desventajas. Lo cierto es que, estas herramientas o aplicaciones, deben ir acorde a su edad y para ello, se recomienda a los padres que establezcan reglas: límites, horarios y páginas web permitidas. Es el momento oportuno para fortalecer los valores, en especial la confianza.
¿Cómo podemos apoyarnos con las nuevas herramientas sin convertirnos en papás “vagos”?
El riesgo al que se expone la familia actualmente, es convertir este tipo de herramientas en las “niñeras” de sus hijos. Por lo que es bueno evitar caer en la acción de entregar celulares o tablets para que se entretengan y dedicarse a alguna actividad personal, convirtiéndose en una amenaza para la familia. Tal es así, que actualmente se promueve una campaña mundial llamada “Stop Phubbing” -pág. 10-, enfocada a parar el acto de ignorar a otros en un contexto social, mientras se presta atención a cualquier aparato tecnológico. Otra situación que se da en el uso de aparatos tecnológicos es el tiempo excesivo que invierte el adulto al engancharse en ellos sin darse cuenta del momento perdido, convirtiéndose además, en un mal ejemplo para los niños.
Hay que recordar como lo dijo el afamado escritor ruso Nikolai Gógol: “El ejemplo tiene más fuerza que las reglas”. Existen muchas aplicaciones educativas para niños, que además de entretener, tienen como un objetivo mayor, el desarrollar habilidades estimulando el aprendizaje, como “ABC Pop” que aporta a la lectoescritura.
El papel de los padres es el de supervisar, educar y acompañar a los niños en el uso de las nuevas tecnologías, una tarea indelegable.
Ante un niño obsesionado por lo tecnológico ¿qué hacer?
El mejor tratamiento es la prevención, en caso de tener un niño así, los padres deben sentarse a conversar, asumir que existe una dificultad y revisar su sistema familiar: las reglas de la casa, los horarios y los límites, para replantearlos oportunamente y evitar que a situación se salga de control.
Para el efecto, se proponen las siguientes recomendaciones:
• Enseñar con el ejemplo fundamentalmente.
• Fijar reglas claras y alcanzables.
• Dosificar el tiempo para el uso de aparatos tecnológicos.
• Fomentar valores en tus hijos como el autodominio,
respeto, confianza, obediencia.
• Inculcar la tolerancia al respetar los turnos.
Por Tamara Villón R.
Máster en Educación