Se reúnen en El Vaticano líderes de 14 religiones convocado por la Congregación para la Doctrina de la Fe con el propósito de analizar el tema de la complementariedad entre hombre y mujer en el matrimonio.
Los supuestos “nuevos derechos” que surgen en la actualidad buscan convertir a la familia en una mercancía, resultado de un vacío de sentimiento y unidad de las personas, que intentan llenar con la adquisición de bienes materiales, advirtieron líderes de catorce creencias religiosas del mundo, entre ellas la musulmana, judía, budista, evangelista y católica, reunidos en el Coloquio Internacional “Complementariedad entre Hombre y Mujer”, organizado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, de El Vaticano.
Reunidos en el Salón Sinodal de la Santa Sede, representantes de las diversas congregaciones religiosas con presencia en todos los continentes del mundo, así como representantes de organizaciones civiles de diversos países, lanzaron una voz de alerta ante el grave deterioro y embates que padecen la familia y el matrimonio, dos de los pilares fundamentales de toda sociedad.
Debemos entender que “la familia es la sobrevivencia de la raza humana”, plantearon, al advertir que la sociedad ha llegado “demasiado tarde” para enfrentar esta problemática, que para algunos se trata de “una épica abdicación” de la ética en el amor del matrimonio.
Las falsas enseñanzas sobre la familia no pueden avanzar, fue el principal llamado que hicieron más de doce ponentes durante el primero de tres días de trabajo en el Coloquio, en cuya organización participaron el Centro de Ética y Cultura de la Universidad de Notre Dame, el Instituto para el Estudio de la Familia y la Cultura y el Instituto Witherspoon.
“Desde la perspectiva cristiana la diferencia natural entre el hombre y la mujer está en la posibilidad de unión y generación de vida
Durante los próximos tres días expertos contrastan sus experiencias entorno a la investigación de la familia, el matrimonio y el papel del hombre y la mujer en el horizonte de la supervivencia social. El propósito es escuchar a líderes de diferentes religiones entorno a los conceptos antropológicos del matrimonio como célula orgánica y básica de la sociedad.
En la apertura del coloquio, el cardenal Gerard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede, reflexionó sobre la “natural tensión muy difundida en el mundo” entorno a la complementariedad del varón y la mujer: “Desde la perspectiva cristiana –acotó-, la diferencia natural entre el hombre y la mujer está en la posibilidad de unión y generación de vida y que, al mismo tiempo, tiene que ver con la presencia de Dios en el mundo.] Sin la complementariedad del hombre y la mujer es imposible encontrar el camino de la vida”.
Quien es denominado “el custodio de la ortodoxia” en la doctrina de la Iglesia católica advirtió que el cuerpo tiene como lenguaje primordial el don que permite dar y recibir amor: “no es un caso de evolución ciega o un determinismo”. Y dijo que, en la cultura cristiana, precisamente en la unión entre el hombre y la mujer es donde se concreta el sentido del bien común: “El bien común no viene del Estado sino de la familia como sociedad, en tanto garantiza la dignidad de la familia”.
Wael Farouq, presidente del Centro Cultural Tawasul, en el Cairo, planteó la existencia de “nuevos derechos que tratan a la familia como una mercancía. Una que todos podemos consumir si podemos comprarla”. Aseguró que entre la sociedad “crecen las relaciones efímeras entre las personas porque incluso los objetos cotidianos han comenzado a ser efímeros. Todo es fugaz. Vivimos en el mundo de lo transitorio”.
Farouq indicó que se debe retornar “a descubrir la verdad en la cultura. Por ejemplo en árabe no existe el verbo auxiliar ‘ser’, no tiene sentido. Solo lo adquiere cuando es utilizado en el marco de una frase. Así es un individuo entre la familia, un hombre es hermano en relación de su hermano, es padre en relación a sus hijos”.
El pastor Johann Christoph Arnold, de Comunidades Bruderhof y autor de ‘Sexo, Dios y Matrimonio’ mencionó que el hombre y la mujer en el matrimonio hacen “el mejor servicio a la humanidad, pues los menores necesitan ver roles ejemplares”.
Sobre este tema, Ignacio Ibarzábal, director ejecutivo de Grupo Sólido, una organización social de Argentina que quiere educar en la naturaleza del auténtico amor, indicó que los niños y jóvenes “están cansados de familias fragmentadas, hartos de ver sufrimiento innecesario. Por eso somos la rebelión del amor sólido. Queremos vivir las relaciones afectivas de una manera saludable, partiendo del respeto y fomentando la generosidad. Familias ecológicas, sustentables”.
De acuerdo a una encuesta realizada por su organización en Buenos Aires, “el 100 por ciento de las adolescentes deseaban como realidad un amor para toda la vida, aunque solo el 20 por ciento lo consideraron posible”. En este sentido planteó la iniciativa de educación global en el amor.
Harshad N. Sangharajka, de la tradición jaimista, indicó que los valores éticos del karma obligan a juramentos para equilibrar responsabilidades entre el hombre y la mujer. El rabino Jonathan Sacks, formador en jefe de rabinos del Reino Unido, destacó que no existe “más noble lucha en la humanidad que aquella que se hace por la familia”.
Toda vez que “cada ser humano, si consideramos que es imagen de Dios, es que todos tenemos dignidad de realeza en el reino de la fe y de Dios”. Concluyeron el panel, la religiosa Prudence Allen, religiosa de las Hermanas de la Piedad y el budista Nisso Takeuchi, presidente del templo Myokenkaku-ji.
Durante el coloquio, se insistió en la conjunción única entre el hombre y la mujer que “miran hacia el mismo destino: Se trata de dos modos diferentes que, cuando se ponen juntos, se abren los caminos del mundo hacia los demás. Lo complementario no está en todo lo que se revela en su unión, sino en la mutua ayuda para caminar hacia el Creador como principio y fin del mundo humano”, dijo Müller.
“Si no construyes el sentido del matrimonio, de lo que es bueno o malo para los miembros de la familia, destruyes el sentido de la persona.
A la par del coloquio, el proyecto Humanum desarrolló un documental sobre las voces que hablan de la familia, sobre ella y desde ella; los participantes dicen: “El amor del matrimonio tiene una fecundidad añadida, el matrimonio trae derechos a una familia. La pareja es el punto de partida pero, lo que hacemos en el matrimonio es un pequeño sacrificio, como nuestro proyecto al mundo […] Una familia es como una catedral, se necesita mucho esfuerzo, trabajo, cariño y sabiduría para hacerla una obra maestra de bondad, de espiritualidad”.
Miembros de las diferentes tradiciones cristianas, de la comunidad judía, musulmana, de filosofía jainista y budistas coincidieron en destacar la importancia de la familia y el matrimonio: “Si no construyes el sentido del matrimonio, de lo que es bueno o malo para los miembros de la familia, destruyes el sentido de la persona. Pues cuando uno se compromete, da lo mejor que tiene y se logra una expansión de las capacidades de cada miembro de la pareja”.
Este intercambio cultural se realiza apenas a un mes de que el papa Francisco presidió la reunión extraordinaria de obispos en Roma, cuyo propósito fue la reflexión sobre la familia y la acción de la Iglesia católica en medio de los desafíos de la cultura contemporánea.