“La edad es un tema de la mente sobre la materia, si no te importa no importa” – Mark Twain.
¿Recuerda alguna situación que le haya generado emociones distintas? Sentirse nervioso, triste, rechazado, con miedo, desorientado o sin saber por dónde seguir. Todos eventualmente lo hemos vivido, pero cada uno a su manera y en su momento. Y es esto precisamente algo que muchas personas pueden experimentar al llegar a su periodo de jubilación.
Cierre de una etapa
Pensemos que muchas veces, debido a nuestra jornada laboral, hemos dejado de hacer cosas que queríamos. Por lo que iniciar esta etapa también debería significar una oportunidad. Somos seres creados con la capacidad de enfrentar retos distintos, siempre y cuando actuemos con inteligencia emocional, de forma que cada paso conlleve un beneficio y que a su vez no afecte exponencialmente nuestro nivel anímico.
Esta es una batalla que se gana cuando uno está dispuesto a conseguirlo. Nunca se estará totalmente preparado para hacer frente a un gran cambio, como lo es jubilarse, pero la clave es no frenarse. Tal como un corredor de Fórmula 1 que se enfoca en llegar al primer lugar a pesar de cualquier obstáculo. Vaya hacia las metas que ha estado dispuesto a conseguir en algún momento.
Oportunidad de cambios
No dejemos que ataquen la mente pensamientos negativos como: “de qué me sirve aprender ahora”, “ya para qué”, “ya no soy útil para esto”, “puede sonar absurdo”, “no quiero crear molestias”, “prefiero solo dormir”. Ahora, hay tantas actividades por hacer y dependerá únicamente de cómo se organice para tener un horario equilibrado. Nunca es tarde para luchar, para cumplir sueños o para vivir de verdad, tal y como lo merece.
Les comparto mi experiencia con un familiar muy cercano. Él tiene 72 años y me enseñó que la vejez no está en los años y que uno puede sentirse joven si uno lo quiere. La confianza en sí mismo y conocer su potencial lo ha llevado a creer en proyectos, en ocasiones a levantarse más temprano que todos y ser el último en acostarse; pero lo más significativo es que él aprovecha su tiempo más que muchos “jóvenes”. Lee libros, asiste a seminarios, escucha música, intenta tocar instrumentos, se instruye constantemente, disfruta de obras de teatro, camina, hace yoga y comparte con otras personas.
Encontrando la felicidad
Todos los seres humanos queremos ser felices, independientemente de la edad, pero muchas veces las propias decisiones nos frenan y afectan. ¿Cuándo se ha visto que un futbolista meta un gol intencional en el propio arco? Es una situación que parece ilógica, pero puede suceder en la vida también. No permita el auto-sabotaje, cuando el poder, la decisión y el control está en usted. Esta etapa puede ser una oportunidad para impactar positivamente en su salud física y mental. Muchos podrán suponer que ya es tarde para hacer tantas actividades y que no es necesario, pero no es así. Si lo ayuda a sentirse mejor, eso es realmente lo más importante. Tómese un tiempo para recordar cuando le decía a su hijo o a algún familiar: “lucha por lo que quieres”, “no hagas caso a lo que diga el resto”, “quiero verte haciendo algo productivo”, “quiero que seas feliz”. ¿Qué sentía cuando lo conseguía?
Cruzarse de brazos no es algo que sus seres.queridos esperan de usted, ellos anhelan su felicidad. ¡Mida las experiencias con un criterio diferente, no con una mirada negativa! Tal como el testimonio, la clave es estar en movimiento, ser activo, cambiar su estilo de vida si es necesario y cumplir sus ideales. Eso lo hará sentir feliz, importante y útil. Usted vale mucho y verá por usted mismo que esta fórmula sí funciona.
Por: Psic. Valeria Zamora
Máster en Terapia Familiar Sistémica y de Pareja