El Papa Francisco y 63 miembros de la Curia Romana concluyeron su participación en los ejercicios espirituales iniciados el primer domingo de Cuaresma.
“Quiero agradecerte, hermano Bernardo, por tu ayuda en estos días. Me impresionó tu trabajo para hacernos entrar, como lo hizo la Palabra, en lo humano; y entender que Dios siempre se hace presente en lo humano”, dijo el Papa.
Las meditaciones corrieron a cargo del abad Bernardo Francesco Maria Gianni, O.S.B. Oliv., de la Abadía de San Miniato al Monte, y tuvieron como tema principal: “La ciudad de los ardientes deseos: Para miradas y gestos pascuales en la vida del mundo”.
La jornada espiritual
Durante la semana de los ejercicios espirituales, estuvieron suspendidas todas las audiencias. Asimismo, Francisco subrayó que la “encarnación del Verbo”, plenamente, “está presente en las huellas que deja en lo humano”. “Igual que en la encarnación del Verbo, indivisa et inconfusa, está ahí. Y nuestro trabajo es tal vez continuar…”, añadió.
De nuevo dirigiéndose al monje de 52 años, dijo: “Muchas gracias por este trabajo. Te agradezco que nos hayas hablado de la memoria: esta dimensión “deuteronómica” que olvidamos; de habernos hablado de esperanza, de trabajo, de paciencia, como si nos indicaras la manera de tener esa “memoria del futuro” que siempre nos hace avanzar. Gracias!”.
Luego confesó que le hizo gracia el titulo de la primera meditación de diez: “Estamos aquí para esto”, que contó, el domingo, a modo de introducción, con una inspiración a partir de una poesía de Mario Luzi (uno de los poetas italianos más prestigiosos del Siglo XX, fallecido en Florencia en el 2005).
“Y me hizo reír cuando dijo que alguien, leyendo los títulos de las meditaciones, tal vez no entendió lo que hizo la Curia: tal vez alquilaron una guía turística que los llevaría a conocer a Florencia y sus poetas…Y yo también en la primera Meditación estaba un poco desorientado, entonces entendí el mensaje. Gracias”.
El sueño de Giorgio La Pira
El Papa y sus colaboradores curiales también meditaron, el lunes pasado, sobre “El sueño de Giorgio La Pira”, político italiano y católico dos veces elegido alcalde de Florencia, quien también fue diputado por el partido de la Democracia Cristiana y participó en la asamblea que redactó la Constitución de la República Italiana tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, y “Estamos aquí para reavivar las brasas con nuestro aliento”.
El Papa dijo haber asociado la persona y la meditación del monje con el documento conciliar sobre “la Iglesia en el mundo contemporáneo”. “Pensé mucho en un documento conciliar, Gaudium et spes, quizás es el documento que ha encontrado más resistencia, incluso hoy en día. Y en algún momento te vi de esta manera: como con la valentía de los Padres del Consejo cuando firmaron ese documento”.
“Te agradezco mucho. Ruega por nosotros que todos somos pecadores, todos nosotros, pero queremos seguir adelante así, sirviendo al Señor. Muchas gracias y saluda a los monjes de parte mía y nuestra. Gracias!”, concluyó el Papa.
En los días anteriores, las meditaciones del Aban tuvieron como temas: Martes: “El presente de la infamia, la sangre, la indiferencia” y “¿Recuerdas?”. Miércoles: “Los deseos ardientes” y “Sus banderas de paz y amistad”. Jueves: “Estrechemos la mano” y “La noche se llenó de estrellas”. Viernes: “La ciudad en la montaña”, como conclusión.