Cuando habla de su familia, nadie puede quitarle la sonrisa de su cara. Está convencido de que siempre hay un espacio, por pequeño que sea, para disfrutar de la vida con los hijos.
En el hogar de Pedro Ángel Jimenez, casado con Viviana Arosemena, no todo se vive con la rapidez de un noticiero de televisión. Educar y disfrutar son verbos que se conjugan muy bien en casa de estos periodistas. El secreto está en que Juan Sebastián (15) y Eduardo Antonio (13) tienen un papá que le da mucha importancia a esos pequeños momentos que le trae la vida de cada hijo, en las distintas etapas de su crecimiento y sabe disfrutarlos con la sencillez que lo caracteriza.
¿Cómo divide el tiempo entre su trabajo y los hijos?
Creo que no se trata de dividirlo sino de multiplicarlo. Multiplicar esfuerzos, espacios para estar con ellos. Aprovecho desde el primer momento de la mañana cuando salgo de mi cuarto a las 6:00 y paso viendo si ya están levantados. Los llevé al colegio desde el primer día en el maternal y ahora que son adolescentes de secundaria sigo llevándolos todos los días. Es un espacio en el que se puede compartir.
¿Qué es lo que más disfruta de ser padre?
Yo disfruto la compañía, el poder hacer cosas juntos. Cuando son chiquitos tienes que cuidarlos, tienes que disfrutar de cuidarlos, de cambiar los pañales o limpiar lo que regaron por ahí. Cuando son pequeños a todos los niños no les gusta la sopa, y por ejemplo yo les daba de comer, y ¡dales sopa pues! (risas). El primer día está bien, el segundo ya no quieren y el juego del avioncito no dura mucho tiempo. Un día se me ocurrió una competencia con ellos. Yo me ponía dizque sopa en un vaso y les daba a ellos con un sorbete y la competencia era quien se la tomaba más rápido. Después ya no era necesario jugar siempre, pues entendían la importancia de una buena nutrición. Debes buscar la forma de educarlos y al mismo tiempo disfrutar de cada momento.
El periodismo es una carrera de 24 horas, y usted habla de multiplicar el tiempo ¿de qué manera?
Buscando espacios. Si yo veo que hoy mi jornada puede terminar más temprano, pues la termino más temprano. Si hay un espacio al medio día para almorzar, lo hago con mi familia. En las pequeñas cosas te das cuenta que se puede compartir. El fin de semana también, tratar de que sea un espacio sagrado para estar con ellos: ayudarlos con los deberes, alguna lectura, un paseo, salir al cine o simplemente pasar el día. Hay una cantidad de momentos que uno tiene que aprovechar para estar junto a ellos, de alguna manera.
¿Qué actividades comparte con sus hijos?
Eduardo Antonio es muy activo, es más de estar al aire libre, entonces el tema de salir a trotar, a correr, incluso en las noches, le llamaba mucho la atención y se convirtió en mi runner partner. Con Juan Sebastián es distinto, a él le gusta mucho la lectura, es una práctica que se la hemos fomentado. A los chicos hay que fomentarles las buenas iniciativas y guiarlos cuando hay cosas que uno sabe que no son las correctas. Ambos son tremendamente inteligentes y tienen sus propias capacidades y habilidades.
Al tener dos hijos varones ¿cómo se vive esta dinámica familiar en la que hay tres “reyes” en el hogar?
Muy vinculados los cuatro. Llega un momento en que la mamá cuenta unas cosas y el papá otras, porque es así, hombres y mujeres son distintos. En la educación y la orientación de los chicos hemos participado los dos y creo que así deben ser los padres, involucrarse en la crianza de los hijos de igual manera.
¿Qué tipo de padre es?
Yo quiero ser siempre un papá feliz con mis hijos. Un papá que le gusta hacer cosas con sus chicos, que le gusta compartir momentos, aprender de ellos, orientarlos y guiarlos, porque eso es muy importante. Que sepan que el papá es el papá, que no es exactamente el mejor amigo -los mejores amigos solapan- los acompañan, hacen reír, pero los papás educan. Hay una línea que debe tenerse clara. Por supuesto se debe ser amigo de tu papá. Pero el mejor amigo es siempre el mejor amigo, el mejor papá es eso: el mejor papá.
Por Anna Tapia
Estudiante de Periodismo
