Hola mamás,
Siempre que llego a mi casa y le pregunto a la señora que me ayuda cómo se han portado mis hijos la respuesta es siempre la misma “¡¡Divinos!!” ¿Cómo? ¿Estamos hablando de los mismos niños con los que lucho todas las noches para que coman bien, que cuestionan todo, que no quieren bañarse o cepillarse los dientes o despertarse o ponerse la ropa…? ¿A ustedes les pasa lo mismo? ¿Por qué será que cuando estamos con ellos se portan tan mal? ¿No se supone que somos sus mamás y que no hay nadie más en el mundo que se preocupe tanto de ellos como nosotras? ¿Es solo conmigo?
Buscando comprender un poco más de este tema encontré un texto de una investigación del Departamento de Psicología de la Universidad de Washington, que indica que un niño puede llegar a comportarse hasta un 800% peor si la madre está presente, todo eso gracias a las feromonas. Según Dr. KP Leibowitz, autor de la investigación, los niños huelen a las madres, sus feromonas, y modifican su comportamiento. Esta es una reacción natural del cuerpo de una madre, pues la expele para que su hijo las respire y sepa que la madre está cerca de él y se sienta protegido y seguro.
Lo que encontraron fue que el 100% de los niños eran más sensibles a las instrucciones que se daban en un tono de voz normal, si veían a alguien diferente a su madre.
Se han estudiado 500 familias midiendo a los hijos en diferentes momentos, por ejemplo: pidiendo ayuda, cuando gritaban o chillaban, lloraban, intentaban pegar, se negaban a caminar o a hablar. Les hacían interactuar a los niños con otros, luego solos por un momento y por ultimo en compañía de su madre.
Lo que encontraron fue que el 100% de los niños eran más sensibles a las instrucciones que se daban en un tono de voz normal, si veían a alguien diferente a su madre. En cambio, para conseguir los mismos resultados de comportamiento las madres tenían que elevar su tono de voz.
Me pareció un tanto curioso este tema, yo siempre pensé que era porque pasamos más tiempo con ellos, porque quieren llamar nuestra atención, porque les consentimos más y porque como mamás siempre les vamos amar aunque que armen el mayor berrinche. Ahora dejando de lado la explicación científica de este estudio pienso que, como mamás somos el puerto seguro para nuestro hijos, ellos se sienten cómodos con nosotras, saben que siempre vamos estar a su lado para ayudarles y protegerles, hay un fuerte vínculo emocional.
Este es un comportamiento normal de niños pequeños, en que están aprendiendo a controlar sus emociones y expresarlas. Ellos ven en nosotras como un lugar seguro para probar, por eso es importante que nosotras les enseñemos los límites, llenándonos de paciencia y mucho amor.
Por: Fer
Vía Mamás modernas