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En esta ocasión compartimos contigo cinco valiosos consejos para proteger a los niños en ante ola de calor.

El cambio climático está provocando que las olas de calor sean cada vez más frecuentes, de hecho, durante el mes de enero del año en transcurso en Ecuador existe una ola de calor que va en aumento y alarma a la comunidad; por ello, existe la necesidad de tomar precauciones para proteger a los niños y niñas de las altas temperaturas.

El calor produce muchos efectos en toda la población como: decaimiento, cansancio, incomodidad al dormir, irritabilidad y los golpes de calor.

Verónica Pastor, especialista en educación y directora del centro infantil Alouette, indica que “un golpe de calor puede ser grave, por lo que es fundamental evitarlo en los niños y niñas, porque esto causa problemas en la respiración y frecuencia cardiaca acelerada, dolor palpitante de cabeza, alteración del estado mental y del comportamiento, como: vértigos, mareos desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento y hasta convulsiones. De ahí que, los educadores estamos alertas de los pequeños pues pasan gran parte del día en los centros infantiles y escuelas, por ello hay que tomar medidas de protección y generar una rutina para cuidarse de este fenómeno. También recomienda que, si un niño presenta estos síntomas se consulte no se pase por alto y se consulte con su pediatra”.

Actualmente, Ecuador sufre una ola de calor y niveles extremadamente altos de Radiación Ultravioleta. Según pronósticos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI), estas temperaturas que alcanzan su pico entre las 10H00 y las 16H00, podrían prolongarse hasta los primeros días de febrero.

 

 

¿Cómo proteger a los niños de la ola de calor?

Para protegerse de los malestares que causa el exceso de calor se detallan cinco recomendaciones específicas para el cuidado de niños y niñas durante esta ola de calor:

Hidratación constante:

Asegurar que los niños consuman suficientes líquidos durante el día. Además del agua de limón con una pizca de sal, también consumir agua fresca y refrescante a intervalos regulares.

 

 

Evitar bebidas azucaradas:

Restringir el consumo de bebidas azucaradas como refrescos y jugos, ya que pueden contribuir a la deshidratación. Optar por sueros orales y aguas de sabor sin azúcar para mantener un equilibrio adecuado de electrolitos.

Vestimenta adecuada:

Vestir a los niños con ropa ligera y de colores claros para ayudar a mantener su cuerpo fresco. Utilizar sombreros, gafas de sol, protector solar para protegerlos de la radiación solar directa.

Tiempo de juego seguro:

Planificar actividades al aire libre en las horas más frescas del día, como la mañana temprano o la tarde. Evitar la exposición prolongada al sol durante las horas pico de calor – entre las 11h00 y 15h00.

Ambiente fresco en casa:

Mantener el hogar fresco ventilando las habitaciones y utilizando ventiladores. Si es posible, utilizar cortinas o persianas para bloquear la luz solar directa y reducir el uso de electrodomésticos que generen calor.

Es importante recordar que cada niño es único, y es esencial prestar atención a las señales individuales de incomodidad por el calor. Además, fomentar la conciencia ambiental y la importancia de cuidar la tierra para un futuro más saludable.

 

 

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