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Un matrimonio posesivo usualmente es controlador, autoritario y restringe la libertad de él o la cónyuge. ¡Mucho cuidado!

¿Vives un matrimonio posesivo? Supera la tentación…

Un matrimonio que se ama verdaderamente no es posesivo, ni controlador, muchos autores hablan de ello y aquí te lo mostramos.

El Papa san Juan Pablo II -cuando aún era cardenal- escribió en su libro Amor y responsabilidad, la importancia de la ética sexual y la moralidad en el matrimonio, centrándose en la gran importancia que tiene el respeto a la dignidad de la persona, siendo ampliamente conscientes de lo que es el verdadero amor, a diferencia de querer utilizar a la pareja y acabar sintiendo que es alguien a quien se puede poseer.

 

 

La persona no es un objeto

Una reflexión clave de este santo, es el enfatizar la importancia de no utilizar a las personas como un medio para obtener un fin, muchas veces egoísta y caprichoso. Pues más bien, de lo que se trata es de que el otro sea un fin en sí mismo y no un medio. El fin es el bien. El amor que uno manifiesta y entrega a la otra persona es contrario a utilizarla como una fuente de placer o satisfacción personal. El verdadero amor motiva a ver en la otra persona el fin del máximo bien que debes dar. Es procurar el bien al otro.

«El amor auténtico busca el bien del otro, no solo el propio beneficio», decía Wojtyla en su obra.

La posesividad

Karol Wojtyla señala que ser posesivos es una forma de utilizar a la otra persona, pues se está tratando a la pareja como algo que se tiene, (casi como un objeto) en vez de tratarla como alguien a quien amar incondicionalmente y de manera desinteresada.

Tratar a la pareja como una posesión atenta contra su dignidad al reducirla a casi un objeto de control, con quien se puede hacer lo que se le venga en gana, sin respetar la plena libertad y valor de la persona. Ser posesivos viene del egoísmo y de la inseguridad, de una imaginación alterada que lleva a la creencia de que se puede controlar y someter al otro.

En su libro, Wojtyla, introduce el concepto de la «ley del don», que propone que una persona se realiza plenamente a sí misma solo por medio del donarse plenamente a la pareja de una manera genuina y sincera. Lo que acaba por promover que sea una entrega mutua.

 

 

Identifica un matrimonio posesivo

Los factores que pueden causar la necesidad de poseer y querer controlar al otro -y así acabar con el verdadero amor- son muy variados, aquí algunos a considerar:

EXPERIENCIAS PASADAS EN OTRAS RELACIONES

Pueden ser historias de traición, infidelidad o relaciones complicadas o tóxicas que hacen que la persona se sienta tan afectado y temerosa que fácilmente justifica su necesidad de vigilar, poseer y querer controlar a la pareja.

BAJA AUTOESTIMA

Son personas que pueden llegar a sentir que no son lo suficientemente buenas o capaces para cuidar y atender bien a su pareja, y constantemente sienten el miedo de que alguien mejor que ellos, venga a quitarles lo que tanto sienten que es suyo.

FALTA DE CONFIANZA

Sucede cuando la persona está obsesionada y temerosa de perder a quien que le da seguridad y apoyo, y acaba por sentir que sería una catástrofe perderla.

SER PERSONAS MUY DEPENDIENTES

Viven con lazos emocionales que impiden ser felices sin la otra persona porque ponen su estabilidad en el otro y no en sí mismos.

CELOS

Tienen muchas fantasías irracionales que les hace creer que van a perder a u ser amado o que alguien vendrá a quitarles lo que les da seguridad y confianza, porque no la tienen en su interior.

El amor es libertad y respeto a su dignidad.

 

 

Escrito por: Guillermo Dellamary, vía Aleteia.

 

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