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En esta oportunidad deseamos compartir contigo tres acciones infalibles, que te ayudarán más en Jesús. ¡Colócalo todo en Dios!

Nuestra vida se transforma para siempre cuando nos damos cuenta del gran amor que Dios nos tiene y lo que hace por nosotros. Una preciosa reflexión del escritor Claudio de Castro
Si te dieras cuenta de lo bueno que es Jesús y si fueras capaz de comprender cuánto te ama, tu vida se transformaría y cambiaría para siempre.

En ese momento tus dificultades, temores, angustias, sufrimientos, malos ratos, pasarían a un segundo plano. Solo te importaría permanecer en su bendita y amorosa presencia ante el Santísimo y le dirías:

“Tuyo(a) soy Señor. Haz de mí lo que quieras, cuando quieras, como quieras”.

Deja hoy a un lado todo lo que sea un pesado lastre, te amarra a lo temporal y te impide avanzar hacia Dios: la lujuria, esa codicia sin sentido, los malos pensamientos y colócalo todo en el sacratísimo Corazón de Jesús.

Deja que Él lo cambie todo para ti y te cambie para Él. No importa lo que estés viviendo, tú sencillamente confía. Es el Hijo de Dios y por tanto todopoderoso.

Nada hay imposible para Él. Y te ama con un amor infinito, incomprensible para nosotros. Y lo más increíble, hoy está con nosotros, el mismo que caminó en las calles de Jerusalén, sí… el mismo.

¿Dónde lo encuentras? En la Eucaristía, las horas santas, el Santísimo sacramento, y como un prisionero de amor por nosotros en todos los sagrarios del mundo. Es una noticia extraordinaria. ¿Lo sabrán todos?

 

JESÚS 1

 

¡Jesús está vivo!

He visto cambios extraordinarios en las vidas de muchas personas que atravesaban momentos muy difíciles. De la angustia pasaron a la alegría, la paz interior, el amor al prójimo.

¿Qué hicieron? De eso quiero hablarte. Para que también te animes y tu vida mejore y anheles la santidad que tanto nos pide nuestro Señor. Te voy a sugerir lo que puedes hacer. Es muy sencillo. De ti depende ahora.

NO OFENDAS MÁS A DIOS

Él te llama, te busca, sueña con recibir tu amor, que le ofrezcas una vida pura, santa, digna. Y tú lo sabes.

Una buena confesión sacramental ayuda mucho en este punto. Nunca dejo de sorprenderme.

Hace poco un joven al que le sugerí confesarse se me acercó tiempo después para agradecerme el buen consejo: “Nunca he sido tan feliz ni he tenido tanta paz, como después de esa confesión sacramental”.

CONFÍA EN JESÚS

Confía en Jesús. Le da tanta importancia a la confianza para llenarnos con abundantes gracias que a santa Margarita María le dijo en sus apariciones que lo que más le ofende y duele de nosotros es la desconfianza.

¿Tienes una biblia cerca de ti? Ábrela y empieza a leerla.

Me encanta recomendar a los católicos que lean sus biblias. Hay tantos tesoros ocultos entre sus páginas esperando ser descubiertos… Abundan los versículos sobre la confianza puesta en el Señor.

Dios nos pide confiar, no temer, pues siempre está con nosotros, sus hijos.

 

JESÚS 2

 

«¡Bendito el que confía en Yavé,
y que en él pone su esperanza!
Se asemeja a un árbol plantado
a la orilla del agua,
y que alarga sus raíces hacia la corriente:
no tiene miedo de que llegue el calor,
su follaje se mantendrá verde;
en año de sequía no se inquieta,
ni deja de producir sus frutos.»
(Jeremías 17, 7-8)

Y como si todo esto fuese poco, ocurrió lo más impactante durante sus apariciones a santa Faustina Kowalska. Quizás has leído las palabras que Jesús le dijo, cientos de veces, pero, ¿has prestado atención a lo que le pidió colocar debajo de la imagen?

“Después de un momento, Jesús me dijo: Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: ‘Jesús, en ti confío’”.

Él quiere que le entreguemos nuestra confianza. A cambio nos ofrece tesoros incalculables de amor, misericordia, paz, santidad, eternidad.

Le dijo a santa Faustina: “Prometo que el alma que venera esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como mi gloria”.

REZA. DEBES REZAR

¿Pasas lo indecible? Sin la oración no podrás superarlo.

Empieza a mantener tiempo de calidad en tus días, para poder rezar y agradecer a Dios tantas bendiciones, pedirle gracias abundantes, permanecer en su presencia amorosa.

 

REZAR A DIOS

 

Escrito por: Claudio de Castro, vía Aleteia.

 

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