Amar no es solo decirlo, es sentirlo, es demostrarlo y ante todo vivirlo… Así que te invitamos a conocer más sobre esto.
Sin duda alguna, todos los seres humanos hemos experimentado de muchas maneras la experiencia de amar. Aunque el amor es un sentimiento maravilloso suele confundirse con matices qué en lugar de edificar un vínculo, lo convierten en algo violento.
A través del tiempo la cultura y la sociedad nos han impuestos modelos que refuerzan la enorme confusión entre amar y sufrir. Los cuentos de hadas donde la princesa es rescatada por su amado nos muestran perfectamente como el rol del hombre se limita a enfrentarse a grandes monstruos y altercados, mostrando un lado de “fuerza”, donde se evita conectar con emociones tan humanas como la tristeza, el dolor o el miedo.
Lo comentado da como resultado un pensamiento dirigido a que el hombre no puede permitirse todas las emociones, mientras que por otro lado se enmarca el rol de la princesa quien, si puede llorar y sufrir y donde su única labor es esperar ser rescatada, suprimiendo el sin número de actividades que puede realizar una mujer. Finalmente se encuentran, se casan y son felices para siempre. Y aunque estas escenas se muestren muy “románticas”, les enseñan a las personas que eso es el amor.
¿Y qué significa realmente amar?
Amar es una decisión consciente y hay que también diferenciar amor de enamoramiento. El enamoramiento es esa química que lleva a la persona a experimentar distintas sensaciones, donde la razón se apaga por un tiempo. Durante este proceso puede haber conductas de control que se confunden con amor, actos violentos que se justifican en frases como “lo hace porque me quiere, me está cuidando por eso no me deja salir, me cuida mucho por eso me dice que ropa usar y que ropa no”.
Pasada esta fase de enamoramiento empieza una fase más consciente donde se ve más claramente a la persona y empiezan a llegar las cosas que no nos gustan del otro. En esta fase si no hay un trabajo personal importante la persona puede seguir en la fantasía de que su pareja siente tanto amor por ella o por el que teme que las cosas se acaben, terminando en una relación de dependencia.
¿Cómo evitamos llegar a este punto? ¿La clave está en la elección y previamente a elegir a alguien primero hay que tener claro, quien soy yo? ¿Cuáles son mis valores? ¿Qué cosas jamás permitiría? ¿Cómo me proyecto a futuro? ¿Qué estoy dispuesto (a) a entregar en mi relación?
En conclusión, cuál es mi forma de amar
Cuando conocemos esto podemos elegir una relación consciente y una vez finalizada la fase de enamoramiento, tomamos la decisión de amar. Donde hay que trabajar día a día para nutrir la relación, donde la reciprocidad, el respeto, la contención emocional, la libertad de realización personal juegan un papel clave para seguir disfrutando de los beneficios del amor.
Aunque el amor no se trata de perfección si se puede tener una relación sana. Por lo tanto, debemos tener muy claro que no tenemos la relación que queremos sino la relación que construimos.
Escrito por: Psic. Carol Obando, Directora Centro Internacional de PNL, Coaching y Psicología.
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