Los alumnos trabajan mejor y se sienten más satisfechos cuando sus acciones son guiadas por un deseo personal y no por un sentimiento de obligación.
La motivación es un aspecto de la educación que frecuentemente se pasa por alto. A veces, parece normal y razonable que los alumnos vayan al colegio y cumplan sus tareas solo por obligación, pero esta falta de motivación solo termina en resultados inadecuados. ¿Cómo mejorar, entonces, el rendimiento académico de los niños? Los alumnos trabajan mejor y se sienten más satisfechos cuando sus acciones son guiadas por un deseo personal y no por un sentimiento de obligación. Es por esto que es necesario que tanto los padres como los profesores se familiaricen con los tipos de motivación y las maneras de ayudar a los niños a adquirirlos.
Tipos de motivación
Existen dos tipos de motivación: la motivación intrínseca y extrínseca. La motivación intrínseca es interna y personal, se basa en los deseos de superación, sin la necesidad de motivos externos. La motivación extrínseca, al contrario, se basa en recompensas físicas o externas.
Los dos tipos deben ser usados de forma complementaria, pero es necesario tener cuidado al ofrecer recompensas en la educación. Si no son manejadas correctamente pueden llevar a los alumnos a hacer deberes con el esfuerzo mínimo, mentir para obtener lo que desean o incluso negarse a trabajar si nos son recompensados.
Motivar desde la casa
Qué hacer
Los padres deben ayudar a sus hijos a sentirse motivados apreciando sus trabajos, elogiándolos cuando logran completar una tarea compleja e invitándolos a ponerse metas y objetivos y a tomar nuevos desafíos. Asimismo, los niños sienten mayor afinidad con los estudios si observan que sus padres también buscan autónomamente aumentar sus conocimientos, ya sea mediante cursos o libros. Es importante enseñar también con el ejemplo.
Qué evitar
Los padres deben evitar poner más énfasis en el resultado que en el esfuerzo que han visto en sus hijos. Al enfocarse solo en las calificaciones, desaniman a los alumnos y los pueden llevar a la copia o al desgano. Lo mismo puede pasar si no ofrecen nunca su ayuda a los niños y no se involucran en sus avances y dificultades. Es necesario encontrar un balance para que los niños se sientan apoyados, pero también autónomos.
Motivar en el colegio
Qué hacer
En la clase, los profesores deben buscar resaltar las fortalezas de cada uno de sus alumnos. Muchas veces parece una tarea imposible, pero es vital que no solo se resalte a los mejores estudiantes, sino que se enseñe que cada uno tiene fortalezas y debilidades. Asimismo, es importante que traten con optimismo el futuro de los niños, ofreciéndoles siempre ayuda y asegurándoles que pueden mejorar.
Qué evitar
Las comparaciones entre alumnos. Los profesores nunca pueden burlarse de una dificultad o error de un alumno y ridiculizarlo frente a la clase. Los estudiantes deben sentirse seguros y apreciados. La clase no se debe convertir en una jerarquía, en la que solo los estudiantes que más resaltan se llevan la atención, los halagos y la ayuda. Cada uno de los alumnos debe sentirse único.
Fuente: LaFamilia.info