¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a manejar la ansiedad que le causa el inicio del año escolar? Ayúdalo en este regreso a clases en la «nueva normalidad».
Regresar a clase es un momento emocionante y al mismo tiempo puede ser un momento estresante para los niños y padres de familia. Las rutinas y los hábitos nos facilitan la vida a todos.
¿Pero qué sucede cuando los niños están en vacaciones? Las rutinas diarias empiezan a cambiar, los horarios de acostarse levantarse y de juego cambian rotundamente. Y, al momento de ingresar a clase los niños tienen nuevamente que retomar actividades diferentes en horarios distintos a los de vacaciones, generando en ellos frustración incluso ansiedad.
¿De qué manera podemos ayudarlos a que este proceso sea más llevadero previo y después del regreso a clases?
Primero es importante que reconozcamos que de un día para otro no se puede adaptar, es decir requiere de un proceso. Por ejemplo, si el niño durante las vacaciones se acostaba a las 10 pm, no podemos presionarlo a dormir a las 7:30 pm un día antes de ingresar a clase. Así que la preparación empieza al menos una semana antes.
Previo al regreso a clase, los padres deben acostar a su hijo, 15 minutos antes de la hora habitual, al día siguiente 25 minutos antes, y así sucesivamente hasta llegar a la hora adecuada. Los horarios se ajustan tanto al acostarse como al levantarse. De esta forma cuando llega el día, el niño ya tendrá un horario más establecido.
Los hábitos se forman a través de la repetición, así que una vez establecido el horario el niño o niña debe dormir de ser posible a la misma hora. Adecuando los temas de horarios, el niño tendrá una mejor disposición y mayor energía en su jornada laboral.
Sobrellevar las emociones y cuidar la salud mental
Debido a la situación actual de la pandemia, las emociones y la salud mental pueden verse afectados, es por eso por lo que como adultos debemos entender que para los niños es aún más difícil asimilar la “nueva realidad”.
Los más pequeños de casa están en un proceso de aprendizaje acerca de su inteligencia emocional y en ocasiones pueden expresar su preocupación, tristeza o ansiedad a través de una pataleta, de ahí que los adultos deben estar atentos y prestarse para iniciar conversaciones con sus hijos.
¿Qué hago?
Se debe destinar un espacio del día para hablar acerca de cómo se sienten. Si el niño no quiere expresar podemos iniciar hablando acerca de nuestro día y de cómo nos sentimos, esto le facilitara entrar en confianza y estar más presto al diálogo.
En la conversación se deben hacer preguntas, como: ¿Cómo te sientes? ¿Qué piensas del regreso a clases? Después de las respuestas, valide la emoción, por ejemplo, si el niño le dice, siento un poco de miedo iniciar las clases, no le diga: No sientas miedo regresar es lindo, esto le hará sentir al niño que lo que dice y siente no tiene validez.
Puede decirle, es normal sentir un poco de miedo, poco a poco empezaras a sentirte mejor y cada día disfrutaras de ver a tus amigos, recuerda que siempre puedes contar conmigo y estaré acá para escucharte cuando lo necesites.
También puede usar ejemplos de usted cuando pequeño, puede decirle: es normal que a veces sintamos miedo, cuando yo tenía tu edad sentía lo mismo, luego de unos días amaba estar en clase, y así me di cuenta de que todas las emociones son buenas y nos enseñan algo.
Cada experiencia es una oportunidad para darle a sus hijos, esas cualidades que quiere ver en ellos cuando sean adultos.
Escrito por: Carol Obando, Directora Centro Internacional de PNL, Coaching y Psicología.
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