Que nuestros niños y adolescentes regresen a clases presenciales dependerá de varios aspectos, uno de ellos la bioseguridad ante el Covid-19.
Un tema controversial: el regreso a clases presenciales. En esta nota hablaremos acerca de la seguridad en la escuela y las medidas que se sugieren para el regreso a clases.
Desde el mes de marzo, cuando muchos países tuvieron la necesidad de imponer medidas rigurosas de confinamiento, vimos cómo la educación se interrumpió para toda una generación.
Aproximadamente el 91% de los estudiantes de todo el mundo estuvieron desescolarizados. Esto representa al porcentaje de 164 países que estuvieron con estas medidas.
No solo hablamos de un “pare” en el aprendizaje académico, también han tenido una disrupción enorme en su bienestar físico y mental, un cambio importante en sus rutinas, un aislamiento de su vida social.
Efectos de la pandemia en los niños y adolescentes
Para muchos niños se les retiró de su segundo hogar, y para muchos otros de su “sitio seguro. Muchos niños han estado expuestos a violencia física, psicológica, a negligencia y abandono de sus padres. Muchos han experimentado el sedentarismo y los malos hábitos de pandemia, y otros, por su dinámica en casa, encontraron refugio en las redes sociales y dispositivos electrónicos sin pasar por advertidos que iban a recibir una gran contaminación en su cabecita y en su corazón.
¿Cuántos pequeños y adolescentes se han privado incluso de las clases en línea por falta de acceso a internet o por no tener un ordenador? La lista continúa. Hay quienes prefieren ver este confinamiento como un aporte positivo a los lazos intrafamiliares y hay quiénes sacaron provecho y adquirieron herramientas para entrenar su carácter, su nivel de tolerancia y de aceptación a la contracorriente con armonía y logrando un mayor equilibrio emocional frente a todas estas adversidades.
De una u otra manera, en cada hogar, hubo un cambio, y un impacto importante ha sido en la vida de nuestros hijos.
¿Qué significa el regreso a clases presenciales?
No se trata simplemente de reabrir las escuelas, sino de reabrir mejores escuelas. No solo se trata de reabrir centros educativos en zonas exclusivas o pudientes, sino también en las zonas marginadas.
Los diferentes planes piloto que ocurren a nivel mundial implican desarrollar una estructura organizada, eficiente, con los recursos necesarios, la cual garantice a todos los actores la seguridad para regresar a las escuelas.
Entre estas medidas están:
- La creación de varias estaciones para el lavado de las manos, dispensadores de alcohol, limpieza y desinfección de las diferentes áreas.
- El distanciamiento físico, pupitres a 2 metros de distancia.
- Menos estudiantes en el salón de clases.
- Maestros cambian de salón no los estudiantes.
- Almorzar en los pupitres.
- Usar espacios al aire libre cuando sea posible.
- El uso obligatorio de mascarilla.
- La comprobación de la temperatura al ingreso.
- La flexibilidad de volver al modo virtual si aumenta la propagación del virus.
También se debe examinar la situación de cada niño y personal de la escuela, porque algunos de ellos son alto riesgo de enfermarse gravemente por coronavirus y, por lo tanto, sería recomendable continuar el aprendizaje a distancia o hacer otros arreglos.
Como sabemos, afortunadamente la gran mayoría de niños infectados cursan una enfermedad leve sin mayores complicaciones y muchos incluso no manifiestan síntoma alguno.
Así también debemos tener claro que las nuevas vacunas contra el COVID-19 dan esperanza a las familias. Es probable que no estén disponibles para la mayoría de los estudiantes este año escolar, sin embargo, tendremos un poco tranquilidad de saber que los grupos más vulnerables han sido vacunados.
Ejemplo a tener presente ante el Covid-19
El CDC (Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos) en la actualidad no recomienda pruebas universales del COVID-19 para los estudiantes o el personal. Si un estudiante o miembro del personal entra en contacto cercano con alguien que se sabe ha adquirido la infección del SARS-CoV-2, debe ponerse en cuarentena por 14 días contados desde el día en que entraron en contacto cercano.
Recuerda
El aprendizaje presencial es la forma como los niños aprenden mejor. No solo adquieren habilidades académicas sino también habilidades sociales y emocionales.
Por todo lo dicho, los padres y pediatras debemos trabajar en equipo para realizar los controles y exámenes médicos previos, poner al niño al día con sus vacunas y elaborar un plan en conjunto de acuerdo a las necesidades de cada infante, para optimizar su rendimiento escolar y un feliz regreso a clases.
Escrito por: Carolina Salvador, Pediatra. IG: pediatricsuio
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