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¡HA RESUCITADO! ¡EL SEÑOR VIVE, HA VENCIDO A LA MUERTE!

Francisco afirma que “La Resurrección es la culminación del Evangelio, es la Buena Noticia por excelencia: Jesús, el crucificado, ha resucitado. Este acontecimiento es la base de nuestra fe y de nuestra esperanza: si Cristo no hubiera resucitado, el cristianismo perdería su valor”.

Espero que para cada uno de nosotros la Resurrección sea esa Buena Noticia y que salgamos con alegría a anunciarla y proclamarla.

En la Carta Pascual que he escrito, invito a vivir algunos compromisos que ahora quiero compartir con ustedes:

Debemos ser cristianos llenos de vida, de fuerza creadora, movidos por un amor que da vida y trabaja en favor de vida.

Debemos ser constructores de unidad, superando toda división, enfrentamiento, separación y violencia; y ello, a través del diálogo y de una cultura del encuentro como nos propone Francisco.

Forjemos verdaderas comunidades cristianas; comenzando por la propia familia, poniendo a Cristo en el centro de la vida personal y comunitaria.

Asumamos el proyecto de vida de Jesús. Un proyecto que nos lleve a vivir las bienaventuranzas y la misericordia como nuestro carnet de identidad.

Tomemos conciencia de que un Jesús apagado e inerte, no enamora, ni seduce, ni toca los corazones, tampoco compromete a nadie ni contagia radicalidad. No nos quedemos en el Viernes Santo… No busquemos a Jesús entre los muertos. Jesús vive y está vivo en cada hermano

Salgamos de nosotros mismos y vayamos al encuentro del otro, del herido por la vida, del que carece de lo necesario, del enfermo, el anciano o el excluido. Salgamos convencidos de que el amor es más fuerte y da vida. Seamos esos constructores de vida en un mundo sembrado por tantos signos de muerte.

Llevemos la fuerza de Cristo Resucitado a los demás. Les deseo a todos ustedes, queridos lectores, unas ¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN!

Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb

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