La mayor parte de los estudiantes americanos no se acuesta antes de las once de la noche.
Bien sea por causas naturales o porque han adquirido malos hábitos, la falta de sueño en los adolescentes ha llevado a que la American Academy of Pediatrics (AAP) recomiende en un nota de prensa que los institutos retrasen la hora de entrada a clase. En concreto, este organismo considera que la actividad lectiva debería iniciarse a las 8:30 de la mañana o más tarde, y no a las 7:30 e incluso antes, como se hace ahora en la mayor parte de los centros de secundaria del país.
Los pediatras americanos creen que de esta forma los horarios escolares se alinearían a los ritmos biológicos del sueño de los adolescentes, cuyos ciclos para dormir y despertarse comienzan a desplazarse hasta dos horas más tarde al inicio de la pubertad. De hecho, la mayor parte de los chicos no puede conciliar el sueño antes de las once de la noche.
«La falta crónica del sueño en los niños y los adolescentes es uno de los temas de salud pública más comunes en los Estados Unidos en la actualidad y que más fácilmente se pueden solucionar», afirmó la pediatra Judith Owens, autora del estudio «La hora de iniciar la escuela para los adolescentes», que será publicado en la edición de septiembre de la revista «Pediatrics».
Los beneficios de dormir lo suficiente
«La investigación claramente indica que los adolescentes que duermen lo suficiente corren un menor riesgo de tener sobrepeso o de sufrir depresión, tienen menos probabilidades de estar involucrados en accidentes de tráfico, sacan mejores notas y en general tienen una mejor calidad de vida», según explica la doctora Owens en la nota de la AAP. «Los estudios han revelado que retrasar la hora del inicio de la escuela es un factor clave que puede ayudar a los adolescentes a dormir el tiempo que necesitan para crecer y aprender».
Muchos estudios han comprobado que el adolescente en Estados Unidos sufre de privación de sueño crónica y de somnolencia patológica. Una encuesta de la Fundación Nacional del Sueño reveló que un 87% de los estudiantes de secundaria dormían menos de las 8,5 a 9,5 horas diarias recomendadas durante la semana.
Las razones de la falta de sueño en los adolescentes son complejas: desde realizar tareas escolares, actividades extracurriculares, trabajar después de clase… hasta adquirir nuevos hábitos como el uso de las nuevas tecnologías, que pueden mantenerlos despiertos hasta altas horas de la madrugada. Por eso, la AAP recomienda que los pediatras aconsejen a los adolescentes y a los padres sobre los buenos hábitos del sueño, incluyendo imponer un límite al consumo digital y también informarles a los profesionales de la salud, a los padres, profesores, entrenadores deportivos y otras personas que trabajan con los niños de los factores biológicos y del entorno que contribuyen a la falta de sueño.
Vía ABC