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¿Sabías que en Ecuador hay un problema social del que poco se habla? Este es la revictimización. Conoce de qué se trata exactamente.

El 25 de noviembre de cada año se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que tiene como objetivo generar conciencia pública, prevenir y denunciar la violencia que se ejerce contra las mujeres en todo el mundo.

A pesar de los esfuerzos, las cifras de este tipo de violencia no se han reducido como deberían, por lo que esta fecha sigue siendo clave para que las mujeres alrededor del mundo sigan alzando su voz para que se visibilice el problema y se garantice el derecho a una vida libre de violencia.

A esta situación se suma otra problemática igual de preocupante, la revictimización. Un problema social y de derechos humanos que sufren todas las víctimas de violencia y del que poco se habla en Ecuador.

 

 

Revictimización: nuevas agresiones

Carla Patiño Carreño, abogada y cofundadora de la Fundación Idea Dignidad, menciona que la revictimización son nuevas agresiones que una víctima sufre por parte de otras personas a causa de la primera agresión.

Estos daños generalmente aparecen durante los procesos de denuncia e investigación de violencia de género y son ocasionados por operadores de justicia o autoridades, pero también por la sociedad, medios de comunicación, personas usuarias de redes sociales y el propio entorno de la víctima, cuando dudan de ella, la cuestionan, las invisibilizan o, las hacen sentir culpables.

Un ejemplo muy común de revictimización se da cuando mujeres violentadas por su pareja rompen el silencio, y su familia y sociedad las juzga por haber callado por tanto tiempo. Incluso, cuando deciden denunciar se les acusa de que quieren “hacerle daño” a su ex pareja.

Cuando adolescentes han sufrido violencia sexual, se les cuestiona haberla provocado con su comportamiento (forma de vestir, lugares y horas a las que sale); mientras pocas veces o, casi nunca los agresores son cuestionados por su comportamiento violento.

Otras formas de revictimización muy común hacia niñas y niños que sufren violencia y especialmente violencia sexual, es minimizar las agresiones o directamente no creerles. Su familia, educadores y educadoras, el sistema de justicia duda de su palabra, les obligan a seguir conviviendo o frecuentando a sus agresores o en un proceso judicial les hacen contar su historia repetidas veces.

¿Qué hacer?

Existe entonces, una baja comprensión de los impactos psíquicos, cognitivos, emocionales y sociales que tiene la violencia en la vida de las víctimas y -al no comprender dichos efectos- son juzgadas, cuestionadas, no se les cree, se las hace responsables de sus sufrimientos, se les pide pruebas. En fin, se las expone a nuevas violencias y a nuevos daños (revictimización), cuando lo que ellas buscan es justicia y reparación.

Por su parte, Myriam Pérez, trabajadora social y cofundadora de la Fundación Idea Dignidad, recomienda que cada servidora y servidor público conozca y aplique los estándares de debida diligencia, atención especializada y el principio de no generar mayor daño en los juzgados, las estaciones de policía, las escuelas, las universidades, los hospitales, etc. De igual forma, manifiesta que es necesario que se haga política pública, que se creen normativas más específicas y se realicen campañas de educación y prevención.

 

 

Abordar adecuadamente esta temática

Ante esta situación, las expertas han presentado varias razones por las cual es necesario que se aborde esta temática:

  • Sin saberlo la revictimización ocurre con comentarios, actitudes y prácticas normalizadas que en lugar de brindar protección a las víctimas las afectan.
  • Cualquiera de nosotras/os o personas cercanas podrían ser víctimas de violencias y no quisiéramos que al daño sufrido, se sumarán nuevos daños por parte de quienes deberían brindar protección.
  • Si no se visibiliza la problemática, las personas en general y los representantes del Estado en especial, no podrán comprender los impactos negativos que sus acciones tienen en la vida de las víctimas.
  • Si no se evita la revictimización, las personas desconfían cada vez más del sistema de justicia.
  • La revictimización es una de las principales razones por las que las víctimas no quieren denunciar y los agresores continúan impunes y agrediendo a más víctimas.

Prevención de la revictimización

Para finalizar, es evidente que poco se ha hablado sobre está problemática en el país, tomando en cuenta que ni siquiera existen estudios o cifras sobre la revictimización. Por ello, las especialistas concuerdan en que es necesario que las instituciones del Estado adopten un enfoque más humano y proactivo.

Para evitar esta victimización es importante que los representantes del Estado apliquen estándares internacionales de Derechos Humanos para prevenir la revictimización. Existen varios aspectos a considerar, sin embargo, dentro de los más destacados se encuentran:

  • La víctima sea considerada el centro del proceso de atención y el proceso penal no puede estar por encima de su recuperación.
  • También la víctima sea tratada de tal forma que no sufra ningún daño psíquico adicional.
  • Se las protegerá de cualquier amenaza u otras formas de intimidación o desprecio en su dignidad.
  • No poner en duda las versiones de la víctima (con preguntas o aseveraciones que transmitan dudas acerca de la veracidad de su experiencia) por parte de los profesionales sanitarios, policiales y judiciales en el momento de su acogimiento en base a predisposiciones negativas personales.
  • Educar y seleccionar a operadores de justicia para que sus actuaciones estén libres de estereotipos, prejuicios o creencias personales no técnicas que afecten a la víctima.
  • Desde el sistema judicial: minimizar todo lo posible la duración de los procesos judiciales y burocráticos.
  • En los procesos de justicia se contará con asistencia profesional adecuada y se podrán utilizar los medios tecnológicos pertinentes para evitar nuevos sufrimientos.
  • Evitar la reiteración del testimonio de las víctimas.
  • Promover la labor interdisciplinaria para la atención de víctimas de violencia de género.

 

 

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