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¿Qué significa eso de que la familia es la “célula vital” de la sociedad?

Preguntémonos con la seriedad y la profundidad que merece el tema: ¿Cuál es el sentido detrás de denominar como fundamental a la familia dentro la sociedad? ¿Qué tiene de especial esta institución? ¿Cómo se diferencia de otras instituciones sociales, como las económicas o políticas? Pero ya, a conciencia, ¿qué implicancias tiene esta como núcleo de la sociedad?

La persona humana

El papa San Juan Pablo II solía decir que sin la familia no hay futuro para la persona. ¿Qué significa esto? El vocablo “persona” significa “ser abierto para el encuentro”. Por lo tanto, nosotros realizamos y satisfacemos nuestras necesidades fundamentales, en tanto que vivimos esa dimensión de encuentro y comunión con los demás. En este sentido, la familia es la primera escuela del más profundo humanismo.

Es en el seno de la familia, donde aprendemos a relacionarnos los unos con los otros: esposo con esposa, padres e hijos, primos, nietos, sobrinos, etc. Es en la familia que se plasma ese encuentro entre personas, se generan vínculos íntimos, profundos, que difícilmente se sucederían en otros ámbitos sociales. Por ello, si no tenemos auténticas familias, es muy difícil la convivencia social.

El trabajo del seno familiar

La sociedad, tiene un entramado complicado de relaciones interpersonales, y estas sufren, si no aprendemos a relacionarnos como personas desde interior de la familia. Aprender la comunión, amor, relación, comunicación, intimidad, entrega, sacrificio, generosidad… fuera de la familia es muy complicado. Si tomamos en cuenta la situación de precariedad y corrupción en la que vivimos, se torna muy complejo aprender estos valores fundamentales para una sana convivencia, sino es desde la familia.

Las primeras nociones fundamentales como: verdad y bondad, son valores que vemos que cada día se pierden más. La generosidad, la paciencia o la fortaleza –la cual es muy importante para la familia y la misma sociedad ante tantos problemas que surgen– deben ser cultivados desde la infancia. Los medios de comunicación promueven con su agenda descaradamente una cantidad de antivalores, anti familia, que no permite que el individuo se desarrolle. Esto termina por difuminar al individuo en la masa de la sociedad, si estos valores que se cultivan en la familia no están bien fundamentados.

Caminar a una sociedad feliz

La familia es uno de los únicos ámbitos, por no decir el único, donde se nos ama por lo que somos, y no por lo que tenemos o hacemos. Aquí, no necesitamos tener caretas, ni cumplir roles, podemos ser auténticos, lo cual es fundamental para un desarrollo sano y genuino de lo que estamos llamados a vivir. De esta forma, le damos un sentido legítimo a la vida, alcanzando así, una verdadera felicidad; algo que pareciera cada vez más difícil de lograr hoy.

Por todo ello podemos decir que, sin lugar a dudas, una familia bien constituida es el antídoto para el deterioro moral de la sociedad. Es esencial promover una cultura en la que prevalezca la verdad y la bondad, sin las cuales no hay futuro para una sociedad sólidamente estructurada.

Por: Pablo Augusto Perazzo
Máster en Educación

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