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Compartimos contigo cinco maneras de usar la Biblia que tal vez no se te habían ocurrido.

Creo que todos nos hemos preguntado alguna vez cómo leer la Biblia pero también cómo emplear más la Escritura en nuestra cotidianidad, tanto para adquirir un mayor conocimiento de ella como para acrecentar nuestra espiritualidad bíblica. Algunas formas comunes son la lectio Divina, la lectura del Evangelio del día…

Hoy quisiera compartir contigo una pequeña lista de usos que podrías implementar en tu cotidianidad y que pueden ser de gran ayuda para fortalecernos espiritualmente como para amar más y más la Palabra de Dios.

 

 

1. La oración

Al leer la Biblia, creo que este es un uso demasiado importante y que no se debe suponer. Todos estamos absolutamente necesitados de la oración, de fortalecer el diálogo íntimo con el Señor. ¿Qué tal si en esta conversación con Él, nos servimos de la Escritura para escuchar lo que ya nos ha dicho y quiere para nuestra vida?

Leer un fragmento de la Biblia que te llame la atención y emplear ese texto bíblico como camino de oración, meditando en él durante el día, haciéndote preguntas frente a ese texto y lo que puede significar para tu vida… son diversas maneras de fomentar una sana espiritualidad bíblica.

2. Salmos

Son muchas las personas que se han venido apasionando cada vez más por el estudio de los salmos. ¡Qué interesante sería tomar cada uno de ellos por día! Poder adentrarse en el salmo, investigar sobre él, qué han dicho los padres de la Iglesia sobre ese texto, qué preguntas me causa…

Esto se convierte en una fuente para el adquirir un mayor conocimiento de la Escritura, pero también para hacer camino con los salmos, aprendiendo cuál es el camino del hombre bienaventurado y justo (salmo 1), hasta llegar a la alabanza que toda la creación hace a Dios (salmo 150).

3. Las jaculatorias

Siempre me ha llamado fuertemente la atención una frase del salmo 1 que dice, «en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella». Qué laudable sería tomar ciertas frases, palabras o pasajes bíblicos y convertirlos en nuestra jaculatoria. Aquellas palabras que pronunciamos en durante nuestras jornadas y que nos ayudan a volver el corazón al Señor.

Algunas comunidades monásticas hacen uso de este ejercicio para no perder el espíritu de oración constante, para mantener el corazón y la mente puestos en el Señor.

4. Meditar oraciones

El ejemplo más común en el que podemos emplear la Escritura es en la meditación de los misterios del santo rosario, pero además en la liturgia de las horas, en la oración de las diferentes letanías, al salmodiar…

Buscar las fuentes bíblicas de las diversas oraciones, de los misterios del rosario, de los dolores de la Virgen… entre muchas más, siempre será de gran ayuda para la comprensión y para fomentar la devoción a los diversos actos de piedad.

5. Tomar decisiones

En los momentos en los que es necesario decidir algo, es muy laudable leer la Biblia y pidiendo la asistencia del Espíritu Santo, dejarse guiar por la sabiduría del Señor. Este ejercicio de tomar la Escritura ayuda a sentir que la decisión o la solución a cierto problema o dificultad, no se toma solo sino en comunión con Dios.

 

 

Escrito por: Mauricio Montoya, vía Catholic-Link.

 

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