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Las personas expuestas a la salmonelosis pueden presentar diarrea grave o leve, fiebre y en algunos casos, vómitos.

La salmonelosis trata de una enfermedad provocada por una bacteria llamada salmonella, descubierta por el científico estadounidense Daniel Elmer Salmon, por quien toma su nombre, y causa una de las infecciones intestinales más comunes transmitida por la mala higiene e incorrecta manipulación de los alimentos.

La salmonelosis causa dos tipos de enfermedades: la primera es gastrointestinal (vómitos, diarrea, cólicos y fiebre), con síntomas que generalmente duran un par de días y disminuyen en una semana; mientras que, la segunda provoca la llamada tifoidea (bacteria Salmonella ‎typhi) que tiene muchos de los mismos síntomas, pero se le suma fiebre alta, dolor de cabeza, letargo y, ocasionalmente, erupciones.

De acuerdo con los expertos, esta patología es más frecuente en países tropicales y de climas cálidos. Se transmite por el consumo de carnes, pollo, pescado, mariscos, huevos, leche o vegetales mal cocidos, refrigerados y/o conservados en recipientes o sitios desaseados, y contaminados con materia fecal. También se contrae por la ingesta de agua contaminada con materia fecal proveniente de letrinas, pozos sépticos, aguas residuales, etc., y por la mala higiene de las manos previo a la manipulación y preparación de alimentos contaminados o contacto directo con la boca.

Para el doctor Jorge Rodríguez, médico gastroenterólogo de EndoscopyNet by IECED, adicionalmente, es importante poner atención en la contaminación cruzada. “Este tipo de contaminación se da al momento de elaborar los alimentos, por ejemplo, cuando se utiliza el mismo cuchillo con el que se manipula carne cruda (probablemente contaminada) y a la vez se corta los vegetales. Es entonces cuando las bacterias contaminan ambos alimentos”.

 

 

En cifras

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente una de cada 10 personas en el mundo contrae la enfermedad y provoca más de cien mil defunciones al año.

Tan solo en Ecuador se reportaron 1099 casos de infecciones debidas a salmonella en el 2020, lo que implicó un decrecimiento del 32% en comparación del 2019, en donde se registraron 1614 casos. Esto, de acuerdo con los expertos, posiblemente, se debió a la llegada de la pandemia, ya que la mayoría de las personas permanecieron en sus hogares y la calidad de alimentación era más ´segura´ e higiénica.

Sin embargo, las cifras quizás sean mayores, así lo advierte el Dr. Paco Salazar, médico emergenciólogo de Laboratorio Clínico LABS, quien asegura que, “por cada paciente confirmado de Salmonella por pruebas de laboratorio, existen 30 casos más subdiagnosticados o no diagnosticados, esto se debe a que la mayoría de las personas que presentan síntomas de enfermedades transmitidas por los alimentos no acuden al especialista o no se realizan las pruebas de laboratorio correspondientes”.

Detectar la salmonelosis

Ante esto, el galeno recomienda dos exámenes específicos para detectar la presencia de la bacteria Salmonella, tales como:

  • El Test de Widall, un examen que se realiza en sangre y demuestra la presencia de anticuerpos de la Salmonellatyphi en los pacientes con fiebre tifoidea.
  • El Coprocultivo o cultivo de heces, que es un examen de laboratorio para encontrar organismos en la materia fecal, que puedan causar la enfermedad y provocar síntomas gastrointestinales.

En la actualidad, luego de detectarse varios casos de tifoidea, causada por la bacteria Salmonella ‎typhi, el Ministerio de Salud del Ecuador intensifica las acciones de prevención en contra de esta enfermedad infecciosa que, de no ser tratada a tiempo y con la importancia del caso, llega a ser ‎potencialmente mortal. Por lo que, es indispensable visitar al médico a penas se presenten los síntomas.

Una vez detectado el tipo de contagio, el tratamiento es básico y sencillo. Por lo general, las personas solamente necesitan ingerir líquidos para recuperarse en menos de una semana. Sin embargo, cuando el cuadro se complica con infecciones graves que requieran de un cuidado médico especializado, es posible que se le administre sueros por vía intravenosa y, en algunos casos, antibióticos previamente prescritos por el especialista.

 

 

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