Si no quieres que tu salud bucodental sea afectada en esta Navidad y fin de año, conoce y previene los problemas más comunes.
Las fiestas navideñas tienen un elemento que las definen: las comilonas. Las reuniones familiares, las cenas de empresa y los reencuentros con los amigos que se suceden durante días y días alteran totalmente nuestra rutina. Y eso, al final, pasa factura también a nuestra salud bucodental.
Postres, vinos, etc. son solo algunos de los caprichos que nos damos durante estas fiestas. Con mesura y una buena higiene, este tipo de alimentos no tienen por qué suponer un problema para nuestra boca, pero es fácil descuidarse en Navidad.
Comemos fuera de casa y picamos con frecuencia, lo que nos suele llevar a olvidarnos de cepillarnos los dientes después de comer. Por ello, es especialmente importante prestar atención a nuestra salud bucodental durante estas fechas, ya que hay varios riesgos que se acentúan.
Riesgos para nuestra salud bucodental
Entre los principales riesgos para nuestra salud bucodental en Navidad destacan:
Caries
Son pequeños huecos que se crean en los dientes . Se producen por el ataque de ciertas bacterias que utilizan el azúcar y el almidón de los alimentos que ingerimos para fabricar ácidos que van dañando el esmalte. Si no se tratan, producir dolor y pueden llegar a infectarse e, incluso, suponer la pérdida del diente.
Sarro
Las bacterias se mezclan con la comida y crean la placa bacteriana. Si la placa no se elimina y llega a endurecerse, se forma el sarro, que puede derivar en infecciones y afecta al color de la sonrisa.
Manchas
Unos dientes amarillentos no implican necesariamente que haya algún problema; es probable que el color se deba a la ingesta habitual de algún alimento que manche los dientes, lo que se traduce en una sonrisa menos blanca.
Sensibilidad dental
Es un dolor agudo y penetrante creado por la exposición de la dentina, el tejido que está justo debajo del esmalte. En determinadas áreas, el esmalte es escaso o puede llegar a desaparecer, por lo que los estímulos externos (el frío, el dulce o el ácido) producen esa molesta sensación de dolor en el diente expuesto. Muchos de los alimentos que tomamos en navidades cumplen los requisitos para centrar la sensibilidad, y esta se incrementará si descuidamos la higiene.
Recomendaciones
Para evitar estos posibles problemas durante estas comidas navideñas, compartimos algunas pautas sencillas para seguir estas fiestas. Gracias a ellas, será mucho más fácil disfrutar de una buena salud bucodental sin necesidad de hacer grandes sacrificios:
Lavarse los dientes al menos dos veces al día
Lo ideal es cepillarse tres veces al día, después de cada comida. En las fiestas tendemos a relajarnos y olvidarnos de este paso, sobre todo si comemos fuera. No obstante, los cepillos de viaje caben en cualquier sitio (incluso el bolsillo del abrigo), por lo que no es difícil seguir nuestra rutina fuera de casa.
Pasar el hilo dental
Es un paso indispensable para eliminar los restos de comida. A veces, se trata de fragmentos muy pequeños que el cepillo no consigue alcanzar, sobre todo si tenemos poco espacio entre cada pieza.
La carne, por ejemplo, tiende a quedarse encajada en pequeños filamentos, y es importante eliminar los restos para evitar que aparezcan las bacterias. Lo recomendable es utilizarlo unas dos veces al día; en Navidad, si es imposible, al menos antes de irnos a dormir.
Limitar los dulces
El esmalte de los dientes se va deteriorando con el paso del tiempo, por el simple desgaste de masticar todos los días. Ese se produce porque el esmalte pierde minerales, que son imprescindibles para mantenerlo sano y fuerte. No obstante, hay otros elementos que aceleran la pérdida de estos minerales, como los ácidos y los alimentos muy azucarados, como los dulces navideños.
Utilizar dentífricos con flúor
Limitar los dulces es una opción para reducir la desmineralización del esmalte, aunque no es la única. Por supuesto, se necesita compaginar con una buena higiene. Si somos muy golosos, es importante reforzar el esmalte con pastas dentífricas que contengan flúor, un mineral que fortalece el esmalte y ayuda a la remineralización.
Limpiar también la lengua
Es habitual olvidarse de la lengua durante el cepillado . Sin embargo, acumula un gran número de bacterias que pueden provocar caries y mal aliento. En el mercado existen limpiadores linguales especiales para la lengua , si no disponemos de uno, es importante pasar con suavidad el cepillo, desde atrás hacia delante y terminar realizando un enjuague para eliminar cualquier residuo.
Evitar los alimentos que despiertan la sensibilidad
Si se es propenso a esta molestia, es importante evitar el vino (sobre todo el blanco), la cerveza, los refrescos, las bebidas energéticas o los zumos de frutas (especialmente las cítricas). Igualmente, cualquier alimento muy frío o muy caliente, o incluso muy dulce, despertará el dolor agudo de la sensibilidad.
No fumar
El tabaco es perjudicial para la salud en general, pero en nuestra boca, además de ser una de las causas principales de una sonrisa amarillenta, también puede provocar problemas más importantes, como disminuir el flujo de saliva, lo que aumenta el crecimiento de la placa bacteriana y con ella, la aparición de caries, también daña las encías haciendo que pierdan la firmeza necesaria para sostener los dientes. Además, provoca mal aliento y reduce el gusto y el olfato.
Fuente: DosFarma.
-
Lee también sobre: 5 consejos para eliminar el estrés en tu hogar.