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Sara Winter, ex feminista y actual líder provida brasileña, llegó a Ecuador para dar su testimonio de sanación a través de la Iglesia católica y de amor a la vida. Revista Vive! tuvo la oportunidad de entrevistarla.


¿Cuál fue tu principal motivación para decidir convertirte en la líder provida que eres ahora?

Yo nunca tuve una familia muy unida, salí de casa a los 16 años, tuve un hermano adicto que nos maltrataba muchísimo, caí en la prostitución y durante toda mi vida estuve buscando algo que intentara cerrar este agujero que se había abierto en mi pecho, en mi corazón. Intenté hacerlo con la fama, con los bailes de Río de Janeiro, con las bebidas, con el grupo feminista, el con el grupo LGBTI, con sexo irresponsable, pero no lo logré.

Después de quedar embarazada y elegir tener a mi hijo, yo sentí que el principio de este agujero empezó a cerrarse. Porque Dios me había dado la oportunidad de cargar mi propia familia dentro de mi cuerpo. Entonces yo entendí que durante 10 años de mi vida estuve buscando la familia que no había podido tener. La busqué en todos los lugares, pero, con la maternidad, volví a encontrarla y abrazarla.

Para conocer escuchar la conferencia completa y conocer el testimonio  de Sara Winter haz clic AQUÍ


Como parte de tu lucha, también te preocupas por ayudar a erradicar la violencia doméstica. Desde tu perspectiva, ¿cuál es el entorno actual en el que viven las mujeres?

Vivimos en un mundo descristianizado, porque en nuestro magisterio está escrito que el hombre debe amar a la mujer como Cristo amó a la Iglesia. Con la revolución sexual, desde los años 60, los hombres ven y creen que la mujer sirve solo como un depósito de esperma. La violencia doméstica es fruto de un mundo donde no se valora a la mujer, un mundo donde la mujer es solo un objeto, no es una persona que debe recibir cariño y amor.

¿Dónde  has podido encontrar espacios en los que se ejerza una ayuda real a las mujeres en situaciones de peligro?

Durante 5 años de mi vida, luché contra la Iglesia católica y fue, no en el feminismo donde yo encontré grupos de personas reunidos para ayudar a las mujeres, sino en la Iglesia. Tenemos agrupaciones católicas ayudando a los travestis, que se están prostituyendo en las calles, dándoles dónde vivir. Sufrí un gran choque de realidades.

¿Cuál es el rol de las familias y de las instituciones educativas frente a la ideología de género?

Primeramente, entender que esto no es ciencia, es una ideología, que no es una verdad absoluta. Los padres de familia se tienen que organizar para exigir que las instituciones escolares y científicas solo compartan con sus hijos artículos académicos que tengan una base científica.

¿Consideras que la preservación de la vida va necesariamente ligada a la religión?

No, yo soy católica, pero la preservación de la vida desde la concepción es una cuestión de la naturaleza humana. El único aborto que es natural se llama ‘aborto espontáneo’, todos los otros son intervenciones dentro del cuerpo. Es más perjudicial para tu cuerpo abortar que poner a tu bebé en adopción, así salvas la vida del bebé, tu vida, la vida del padre y de la madre que quiere adoptar a este bebé.

¿Qué acciones concretas  pueden realizar los grupos provida para llevar su mensaje de forma efectiva a la masa?

Yo tengo mucho orgullo de Brasil, ahora no es tierra de muerte, es tierra de vida. En Brasil soy la responsable de hacer políticas públicas, de saber derechos humanos para bebés y embarazadas, y estamos produciendo muchas cosas buenas que las dejo como sugerencias a Ecuador: Tenemos un programa que se va a llamar ‘Bien gestar y apoyo’, que se trata de dar una formación provida a las enfermeras y enfermeros, para que cuando llegue una persona con un embarazo no deseado, estos puedan sugerirle darlo en adopción y explicarle lo que puede ocasionarles un aborto también. Estamos en un proyecto con las casas provida, por primera vez en la historia, las casas provida de Brasil contarán con subsidio del gobierno para apoyar a las mujeres que están en la calle, ayudarlas con sus embarazos, salvarlas de las drogas.

Por Redacción Vive!

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