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Si deseas ser un generador de cambios positivas para el mundo, puedes empezar por ti mismo y en tu hogar. ¡Manos a la obra!

En toda mi vida, jamás imagine que mis decisiones, mis gustos, actitudes y comportamientos pudieran llegar a afectar a la gente que me rodea, pero así es, y sólo desde hace poco tiempo es que soy consciente de ello. Así es sólo en lo que a mí se refiere, pero somos millones de seres humanos en el mundo influyendo unos a otros. Piensa: si cada ser humano se preocupara más por hacer el bien a otro, el cambio de la situación actual en el mundo sería increíble y viral. ¿No es esto maravilloso? Quizá lo sea, sin embargo, la realidad es otra. No se puede esperar que haya un cambio de actitud en el mundo de un día para otro, requiere años de educación, amor y compromiso. ¿Y qué mejor lugar para empezar el cambio que en el hogar?

¿Cómo generar ese cambio?

Se debe ser valiente. Muchas personas temen al «qué dirán»; es un gran error debido a que lo que debes tener en cuenta para ser útil y ser feliz es hacer lo que desees, mientras no trasgredas los límites y derechos de quienes te rodean.

También debes estar dispuesto a cambiar lo que no te gusta de ti mismo, eso requiere una gran capacidad de autoevaluación constante. ¿Por qué cambiar? Bueno, el cambio en el mundo empieza por ti mismo, es la única respuesta que existe. Si eres capaz de observar algo que hace que no alcances metas o que moleste a los demás, debes ser competente al generar ese cambio y mantenerlo. Perdónate a ti mismo, eso permitirá que vivas en paz con los tuyos y estarás más capacitado para perdonar cuando así sea requerido.

¿Cómo lograr ese cambio desde casa e influir de manera positiva en la vida de los niños? En buena medida todo ello tiene que ver con lo que enseñas simplemente siendo:

1. Sé un ejemplo

Una persona, desde pequeña va a adherir a su comportamiento una buena actitud si ve que sus padres afrontan los problemas del diario vivir con actitud optimista y son personas capaces de poner «al mal tiempo, buena cara».

2. Sé resiliente

Quizá seas una persona capacitada para sobreponerse a los momentos difíciles. Este es un rasgo de carácter que te hace atractivo y lleno de energía positiva, esa energía resulta ser contagiosa y «contaminará» de buena manera a quienes te rodean.

3. Sé amable y servicial

No hay mucho que decir al respecto: cuando sirves a alguien, no sólo haces un favor, sino que educas y haces que los demás repliquen lo que has hecho; así lo vuelves una ola positiva que se hará cada vez más grande.

4. Cuida del medio ambiente

Si comes algo estando fuera de casa, no arrojes basura al piso, y si ves a alguien ejecutando esa acción, edúcalo y dile que eso no se debe hacer. Otra opción es recoger lo que arrojó al piso. Si tienes niños, ellos lo aprenderán. El mundo es la herencia que les dejaremos a ellos, cuidémoslo.

Soy del pensar que estamos en el mundo para ser felices a pesar de las pruebas del día a día. No comparto la idea que tienen muchas personas de que para aprender debemos sufrir y que no hay otra forma de instruirse. Siempre podemos aprender de los errores y ejemplos de los demás, cada día existe la posibilidad de ser útil a nuestros seres amados o a quien lo necesite. Es cosa de poner de nuestra parte para mejorar nuestro mundo y así hacer que este cambio sea mayor cada día. Recuerda: lo que haces ahora tiene eco en la eternidad.

Vía: Familias.com 

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