Compartir:

¿Qué hay detrás de los amores desenfrenados que sufren algunos?

A más de una persona hemos escuchado hablar horas y horas sobre ese amor loco, esa relación llena de fuego, descontrol y pasión… esa persona a la que pareciera “no poder quitarte los ojos de encima”. Te hablan de cómo no pueden vivir sin el otro, de lo maravilloso, grandioso y perfecto que es todo. Eres testigo de cómo idealiza, agranda, venera a su pareja; pues justo eso fue lo que le pasó a Anna Karenina.

Síndrome de Anna Karenina

Este síndrome combina un patrón afectivo obsesivo junto a una dependencia absoluta por la figura amada. Este afecta considerablemente al resto de ámbitos de la vida de la persona, volviéndolo todo secundario y dedicándose únicamente a la veneración de la pareja.

Ahora, la pregunta del millón: ¿qué tiene de malo amar tanto a alguien? El amor no es lo malo, es amar obsesivamente, que sin duda alguna es la peor forma de hacerlo. Aunque al principio ese amor descontrolado es de lo más atractivo, puede llevar a las peores sintomatologías que una enfermedad puede contener:

  • La angustia de pensar que nuestra pareja nos va a dejar de amar o a no tenerla para siempre a nuestro lado. Angustia a ser engañado, a que tenga otras prioridades o a que el amor que le tenemos no sea recíproco.
  • Miedo paralizante, que difícilmente va a permitirte desenvolverte en alguna otra área de tu vida. Miedo por no estar solo, a la pérdida del significado de tu vida; esto puede llevarte a ciertas implicaciones como: “sin ti no soy nada”, “no pudiera imaginarme la vida si no estoy contigo”.
  • Descontrol personal y dependencia absoluta, que nos incapacita a ver dónde están los límites, se abandona a las personas que queremos o nuestras responsabilidades por aquella persona que amamos, renunciando a lo que nos define, a quienes somos y a nuestra esencia.
  • Pérdida absoluta del autoestima, la integridad, la dignidad y del equilibrio emocional.

No me quieras tanto, quiéreme mejor

Ante esto lo ideal es centrarse en la calidad, mas no en la cantidad, para lo que puedes aplicar lo siguiente:

  • Mantén tu vida y tu esencia: tus amistades, tus actividades, tus momentos de soledad, tu familia y tus valores.
  • Se protagonista de tu propia felicidad. Debemos ser capaces de, primero que nada, crecer interiormente, ser personas completas, equilibradas y maduras, ya que, siendo felices, somos capaces de hacer felices a otros.
  • Es tu pareja: por lo tanto, no busques llenar vacíos o completarte con el otro. Para eso es importante el punto anterior.
  • Amar no es de ciegos. Ten los ojos bien abiertos ante el comportamiento del otro y ante tu manera de sentirte y comportarte con él, ¿es sana?, ¿me siento en paz?, ¿me respeta?
  • Seamos capaces de poner límites: de tiempo, de comportamientos, incluso de emociones y sentimientos, en el balance está el gusto.

Anna Karenina es la protagonista de la obra literaria de León Tolstoi publicada en 1877. Ella tenía una vida tranquila, estaba casada y con un hijo, hasta que conoció a un militar por quien lo abandona absolutamente todo: su esposo, su posición social, su hijo y finalmente su vida.

Por Psic. Cl. María José Barredo S.
Master en Cuidados Paliativos y Psicoterapia
mjosebarredo@gmail.com

Compartir: