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La convivencia en el matrimonio no es tarea fácil. De hecho muchos esposos y esposas piden más consideración de parte de sus parejas.

Me compartía hace poco una amiga: «¡Mi esposo es un ingrato! Llegó de la oficina y le pedí de favor que atendiera a los niños para terminar un trabajo urgente. Lo único que hizo fue darles el Ipad mientras él veía un partido. Claro que los niños me interrumpieron por lo menos cinco veces, así es que totalmente frustrada y estresada suspendí lo que estaba haciendo.

No aguanté y le reclamé su falta de consideración conmigo. Su respuesta fue la peor del mundo: “Tuve un día pesado, estoy cansado, ¿por qué no le avanzaste en la tarde?”. Aparte de eso, me sugirió que aprendiera a aislar el ruido. ¿Qué le pasa? Te prometo que quería gritar y llorar al mismo tiempo, parece que no me conoce y que ignora lo que significa una tarde en la casa con los niños. Me enojé en serio: “No soy como tú, que cuando trabajas te olvidas del mundo, qué te costaba apoyarme una hora”.

Esta situación se ha repetido varias veces y no me gusta discutir por eso, ojalá comprendiera que necesito de su apoyo».

 

 

Todos merecemos más consideración

Quizá a ti y a mi nos ha pasado algo similar que a mi amiga, por eso quiero compartirte un video que sé que te puede ayudar.

Para tener un concepto más especializado, te comparto un fragmento de la serie «Aprender a amar las diferencias» del Dr. Tomás Melendo. En este corto Melendo presenta cómo en el matrimonio es necesario identificar las diferencias, los defectos y las limitaciones. De seguro puede que encuentres varias respuestas a las dudas que tienes…

 

 

Fuente: Familia360+

 

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