¿Sabías que tomar té te ofrece grandes beneficios debido directamente a las propiedades que este posee.
El té es, sin duda, el rey de las infusiones. Se toma en un gran número de países de todo el mundo, hasta el punto que es un alimento básico en muchas culturas y en muchas economías.
Muchas personas no pueden pasar el día sin tomar una taza de esta deliciosa bebida: no solo por su sabor, sino también por sus múltiples beneficios para la salud y su gran variedad de nutrientes.
Es el acompañante ideal para la merienda, el aperitivo o, simplemente, para una buena tarde de lectura y relax. Ahora que llega el buen tiempo, nada es más refrescante y saludable que un vaso de té helado.
Precisamente por su importancia para la salud y la economía de muchos países, el 21 de mayo se celebra el Día Internacional del Té. Y qué mejor forma de celebrarlo por adelantado, que conocer todas sus propiedades para escoger el que mejor se ajusta a cada persona.
Los beneficios del té
Se trata de una infusión rica vitaminas y minerales, con muy pocas calorías y un potente sabor. En general, el té es una gran fuente de antioxidantes, unos nutrientes que se encargan de combatir los radicales libres, es decir, las moléculas que van oxidando las células y haciéndolas envejecer. Además, contienen otros componentes bioactivos como los taninos que le confieren su característico sabor amargo y tienen efecto astringente y otras sustancias como las catequinas, con propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas. Estas propiedades han sido estudiadas especialmente en el té verde.
Además, contiene cafeína, un componente indispensable para muchas personas al comenzar el día. No obstante, a diferencia del café, la cafeína del té se va absorbiendo a lo largo de las horas, por lo que su efecto no desaparece tan rápido. Una taza por la mañana nos proporciona un extra de energía que durará horas, pese a que contiene menos cafeína que un café.
Tipos de té
Hay muchos tipos de tés, cada uno con sus propias características y sabores. Les compartimos las características de los tés que más se consumen, para saber cuál es el que necesitas hoy:
Té negro
Su color ámbar y su intenso sabor lo convierten en uno de los tés preferidos. Es la opción ideal para empezar el día, especialmente para quienes quieran reducir el consumo de cafeína, pero no renunciar al extra de energía que les aporta.
Mientras que un café puede tener entre 65 y 175 mg de cafeína, una taza de té negro, que es uno de los que más contiene, ronda los 50 mg. Un café despierta rápidamente, pero su efecto se marcha enseguida. Una taza de té va liberando la cafeína a lo largo de varias horas, por lo que la energía extra no desaparece tan rápidamente.
El té negro se diferencia de otras variedades porque es el más oxidado de todos. Los principales componentes activos del té son los flavonoides, son compuestos fenólicos que tienen actividad antioxidante. El té negro, destaca concretamente por su contenido en teaflavina.
Té rojo
Se caracteriza por su tonalidad rojiza y su sabor terroso. Esta variedad de té se diferencia del resto por su especial elaboración. Durante años, las grandes hojas de té se comprimen y almacenan durante unas determinadas condiciones donde unos microorganismos lo fermentan, transformando el té verde en este especial té rojo.
Es conocido por ser un gran aliado en procesos de pérdida de peso. Esta bebida no aporta calorías y es la alternativa perfecta a las bebidas azucaradas. Además, es una forma ideal de aumentar los líquidos a lo largo del día y evitar así la retención de líquidos. Además, por su contenido en compuestos astringentes es ideal para tomar tras una comida y favorecer una adecuada digestión.
Té verde
Es fresco y ligero y, en función del tipo de té verde que escojamos, también puede tener un toque amargo. También es muy rico en antioxidantes, pues contiene catequinas, un grupo de polifenoles con propiedades antiinflamatorias que combaten la acción de los radicales libres. Es por eso que es muy habitual en productos de cosmética y belleza, especialmente aquellos orientados a la limpieza, sobre todo de pieles grasas o con tendencia acneica, pues tiene un gran efecto purificante y limpiador.
Al igual que el rojo, ayuda a aumentar la ingesta de agua por lo que ayuda a evitar la retención de líquidos. Además, contribuye a la salud cardiovascular, ya que disminuye la absorción del colesterol y previene la obstrucción y la rigidez de las arterias.
Su contenido en cafeína lo convierte también en un estimulante suave, perfecto para quienes necesitan esa estimulación en el día a día y además, al tiempo que contribuye a que gastemos más energía lo que consigue que también quememos más grasa, eso sí, siempre y cuando se acompañe de unos hábitos saludables.
Cuidado con los excesos
Del mismo modo, se recomienda tomar un máximo de entre dos y tres tazas al día; al fin y al cabo, contiene cierta cantidad de cafeína que puede promover la irritabilidad y el insomnio en algunas personas. Es importante saber cuándo nuestro cuerpo nos está pidiendo un poco de tranquilidad y necesita pasarse a las opciones descafeinadas.
En la misma línea, hay que vigilar el azúcar. Muchas personas lo beben sin añadirle nada, pero otras prefieren endulzarlo de alguna forma. La Organización Mundial de la Salud recomienda ingerir un máximo de 25 gramos de azúcar al día y una cucharadita ya supone unos 5 gramos. Siempre se puede optar por otros endulzantes, como la estevia o la sacarina.
Mucho más que una infusión
También es un ingrediente para usar en la repostería (por ejemplo, para hacer un bizcocho de limón y té matcha o uno de cacao y té negro) y, gracias a sus beneficios antioxidantes, es muy útil en la lucha contra el envejecimiento. De esta forma, además de ser un ingrediente habitual en múltiples productos de belleza (jabones, hidratantes…), no puede faltar en una mascarilla facial casera. Por ejemplo, una mascarilla de infusión de té verde y harina de avena ayuda a reducir el exceso de sebo y a eliminar las impurezas en las pieles grasas.
Combinar sabores y probar variedades
Dentro de cada variedad, hay muchos tipos: el té verde moruno (con un delicioso sabor a hierbabuena), el té negro Earl Grey (con un toque cítrico), el té matcha (intenso y con un retrogusto a hierba y ciertas verduras)… Cada uno tiene matices y toques diferentes, por lo que lo ideal es ir probando hasta encontrar la opción perfecta para cada uno. Además, combinarlo con otros alimentos puede ser todo un acierto: té con limón, con jengibre, con miel… No solo enriqueceremos su sabor, sino que le añadiremos más nutrientes.
FUENTE: Nutritienda.
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