A quien no le ha pasado que se acerca el día de la entrevista de trabajo y te pones muy ansioso, te preocupas y no puedes a veces ni dormir, lo que genera un alto nivel de estrés en la mayoría de los candidatos.
Los principales cambios de etapa vital que nos afectan emocionalmente son el cambio de ser universitario a ser empleado, las crisis de los 30/40 años. Además, volver a empezar en la vida tras la pérdida de un empleo, de pareja o el cambio de país de residencia. Así, datos estadísticos revelan que 5 de cada 10 jóvenes sienten que no dan ni el 40% de sí mismos por el estrés y la tensión del momento. Cada candidato siente que está en juego su futuro laboral, está luchando por un primer empleo para el que se ha estado preparando años en las aulas. Ante esto hay ciertos roles que al momento de la entrevista puede adoptar el entrevistador:
– Agresivo: realiza preguntas intimidantes para evaluar la resistencia a la frustración.
– Operativo: está interesado en los conocimientos técnicos del aspirante y si se ajustan a la vacante.
– Psicológico: quiere averiguar la personalidad del candidato, su capacidad para integrarse en un equipo de trabajo y para resolver problemas.
Por este motivo, saber reaccionar emocionalmente bien en una entrevista de trabajo es fundamental. Los entrevistadores valoran las reacciones con seguridad y soltura ante cuestiones que en ocasiones están diseñadas, precisamente, para conocer las debilidades del candidato. Son las denominadas ‘killer questions’: preguntas comprometidas, incómodas, desestabilizadoras y que incluso pueden llegar a invadir la intimidad del candidato. Sin embargo, no son pocas las veces en que este tipo de pregunta resulta determinante a la hora de valorar la superación del candidato o de decantarse por otro aspirante.
La cultura emocional se puede incrementar en sesiones de coaching. De hecho, nos ayuda a disfrutar muchísimo más de los distintos ámbitos en los que nos relacionamos: estudios, trabajo, familia, amigos o pareja. La cultura emocional es una valiosa herramienta para interrelacionarnos sanamente, con nosotros mismos en primer lugar y posteriormente con el amplio abanico de individuos que nos rodea.
Consejos prácticos para enfrentarse a la entrevista de trabajo
- Controlar la comunicación no verbal y las expresiones faciales.
- No titubear como si fuera la primera vez que nos planteamos esas cuestiones. 3. No adoptar una actitud agresiva y/o defensiva.
- Evitar memorizar una serie de respuestas y soltarlas de golpe.
- Evitar a toda costa mentir.
- Manejar los silencios y no incomodarse o impacientarse.
- Argumentar todas las respuestas.
- Transmitir siempre una actitud tranquila y positiva.
- Mirar a los ojos al interlocutor.Al establecer contacto visual se aumenta la capacidad de sintonizar mejor con lo que se está dando.
La universidad inculca al alumno la idea de que debe estar perfectamente preparado antes de enfrentarte a un proyecto. No obstante, deja de lado el primer y más trascendente objetivo de un graduado, que es cómo incorporarse al mercado laboral.
Vía: Hacer Familia