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Recuperar la resistencia y regresar a un bienestar saludable, son dos de los beneficios de la terapia acuática posterior al COVID-19.

Las personas que han padecido de COVID-19 muestran fatiga debilitante y tos intermitente que persiste durante varias semanas e incluso meses después de la recuperación de la enfermedad.

Aunque en estas personas ya no está presente el virus, su organismo muestran síntomas que afectan las actividades de la vida diaria, incluso aquellos afectados con síntomas leves se sorprenden por la lenta recuperación a una normalidad «saludable».

El SARS-CoV-2 (Coronavirus) puede afectar el cerebro y causar neuroinflamación de varios sistemas en todo el cuerpo, lo que resulta en fatiga crónica. Los síntomas más frecuentes son fatiga, malestar post-esfuerzo (PEM) y disfunción cognitiva o «niebla mental».

Los investigadores denominan a esta afección «COVID prolongado” y se asemeja a los síntomas que presenta el síndrome de fatiga crónica.

 

TERAPIA ACUÁTICA 1

 

Principales síntomas del «COVID prolongado»

Los principales síntomas que sobresalen son:

  • Inflamación cardio-respiratoria (disnea).
  • Síndrome de fatiga crónica: dolor muscular y articular inexplicable, dolores de cabeza, síntomas similares a los de la gripe.
  • Malestar post-esfuerzo. Demasiado ejercicio puede ser contraproducente.
  • Cambios psicológicos: estado de ánimo, sueño, apetito y motivación.

El aporte de la actividad física

El enfoque de estratificación de riesgo puede ayudar a maximizar la seguridad y mitigar los riesgos. El consenso es que el regreso al ejercicio se realice después de al menos siete días sin síntomas.

Los expertos recomiendan volver a la actividad física, que el regreso al ejercicio se realice tan pronto como el malestar post esfuerzo haya disminuido o la persona se sienta lista para participar.

El estado de salud anterior y la condición física actual de un participante siempre deben tenerse en cuenta cuando se ofrece o recomienda un programa acuático; en este caso, las clases acuáticas están enfocadas a recuperar la resistencia y regresar a un bienestar saludable «normal» o «mejor» antes del COVID, puntualiza Alex Terán, fisioterapeuta especialista en terapia acuática y vocero Aqua Rehabilitate.

Terapia acuática

Los profesionales recomiendan pasar siete días (Fase 1) en actividad de intensidad extremadamente ligera, incluidos ejercicios de flexibilidad, Aqua Stretch, estiramiento simple y respiración, durante el tiempo que la persona se sienta capaz de realizarlos.

En la fase 2: (seguidos de otros siete días) se incorporan actividad de intensidad ligera como caminar dentro del agua, recuperar arcos de movilidad normal y equilibrio; con aumentos graduales de 10 a 15 minutos por día con la misma intensidad.

Ya en la fase 3: Progresar a actividades más desafiantes según la capacidad previa a la enfermedad con énfasis en la resistencia cardiovascular y muscular. Lo cual puede incluir intervalos de dos bloques de actividad de 5 minutos, como caminar a paso ligero dentro del agua, subir y bajar escaleras, trotar, nadar, separados por un bloque de recuperación.

La persona no debe sentir que el ejercicio es intenso y los autores sugieren que trabaje con una intensidad moderada, sin disnea y con posibilidad de mantener una conversación.

Y, en la fase 4: implica movimientos más complejos que desafían la coordinación, la fuerza y el equilibrio como: natación, trote acuático, ciclismo acuático, disco acuático, circuitos y desafíos de equipos de resistencia y flotabilidad, pero nuevamente sin que se sienta intenso.

Terán puntualiza que “al culminar las fases, las personas tendrán la capacidad de volver a su nivel de actividad inicial o más, además, propone un mínimo de siete días en cada fase, sin embargo, las personas deben permanecer en la fase durante el tiempo que sea necesario.

Se debe monitorear cualquier inconveniente en la recuperación una hora después del ejercicio y al día siguiente. Si esto ocurre, o la persona no progresa como se esperaba, debe retroceder a una fase anterior y buscar consejo médico.

 

TERAPIA ACUÁTICA 2

 

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