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Nadie nace sabiendo. Por eso es importante aprender a aprender.

La próxima vez que entres en un proceso de selección, antes de adaptar tu currículum a la oferta e ir a una entrevista de trabajo, intenta deducir cuáles serán las competencias (o talentos) que necesitarías para realizar correctamente las funciones del puesto al que aspiras para poder demostrar que las tienes. Además, es bueno mostrar cuales son tus competencias transversales pues forman parte de tu identidad.

Algunas personas, por sus características y rasgos personales, tienen unas competencias más desarrolladas de manera innata. Pero también pueden desarrollar otras competencias según van avanzando en su carrera, ya que les resultan necesarias para realizar un mejor desempeño en su profesión. Y es que nadie nace sabiendo. Todo se aprende e independientemente de la mayor facilidad que cada persona tenga según su tipo de inteligencia, todos pueden aprender, siempre.

Por ello la certeza de que las competencias y habilidades pueden ser desarrolladas durante toda la vida y en cualquier momento, es un sano estímulo para nunca dejar de aprender y mejorar.

Seguir en constante aprendizaje

Aprender a aprender es una de las competencias básicas que todas las personas deben lograr al término de su educación obligatoria, con el fin de seguir aprendiendo. Es la capacidad de iniciarse en el aprendizaje y de continuar aprendiendo, de forma cada vez más eficaz y autónoma, de acuerdo a los propios objetivos y necesidades, ya sea de manera individual o en grupo.

La necesidad de desempeñar distintos tipos de trabajo en el curso de la vida, la adaptación a nuevos contextos en situaciones de desplazamiento o emigración, la importancia de las iniciativas empresariales y la capacidad para sostener mejoras de la calidad de vida, exigen un aprendizaje permanente durante la vida adulta.

Vía: Aleteia

 

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