Ante lo acontecido durante la mañana y tarde de este miércoles 9 de enero, debe quedarnos claro que todos queremos paz.
Balaceras, toma de un canal de televisión, estudiante de un colegio herida de bala, asesinatos de policías y un destacado artista guayaquileño… es lo que nos dejaron los actos terroristas que vivimos este miércoles 9 de enero en Guayaquil, pero más allá esto generó gran temor y angustia a los que teníamos familiares en las calles, en mi caso a mi esposa y mi hijo de tres años que estaba en clases.
Ante todo esto decidí escribí este editorial porque ya es hora de que dejemos de ver todo desde lejos, si las cosas siguen como van la situación del país empeorará, y estoy más que seguro que no deseamos eso, que todos queremos paz, la tranquilidad de ir a clases sin miedo a que nos disparen, a ir al trabajo sin el temor a que no hayan expresos y nos toque por ejemplo cruzar a pie el puente de la Unidad Nacional, o cerrar urgente las puertas de nuestros negocios, etc. ¡Ya basta!
Todos queremos paz
Es probable que alguien diga: «No todos quieren la paz, de hecho ellos son los que están generando el terror en Ecuador», y tiene razón, sin embargo no podemos perder la fe en Dios ante todo esto que ocurre, porque Él tiene el control de todo y nos hace un llamado a arrepentirnos y buscar su perdón y cobertura. Además, debemos confiar en el Estado, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, quienes hicieron el juramento de cuidar al país y a quienes habitamos en el.
Todos queremos paz… pero hay que reconocer que estamos en estado de guerra interna, y probablemente lo vivido el 9 de enero vaya en aumento o que se den varios enfrentamientos entre bandas delictivas y las Fuerzas Armadas del Ecuador, lo cual generará pérdidas muy dolorosas, sin embargo, no podemos quedarnos con los brazos cruzados o escondidos, hay que actuar y buscar una solución de radical a todo lo que hoy nos tiene con gran temor y desesperación a la mayoría de nosotros.
El momento de terror que vivimos afecta a todo el país, así que doblemos rodillas y pidamos a Dios por su perdón y protección, apoyemos las medidas que tome el Estado y tengamos mucho cuidado al salir de nuestras casas.
¡Es mi humilde opinión ante todo lo que vivimos y, de corazón como creyente ruego que nuestro Dios Todopoderoso tenga misericordia de Ecuador, que las duras pruebas que vivimos y viviremos nos ayuden a entender que solo unidos podemos avanzar, y mucho mejor si es agarrados de la mano de Jesucristo, nuestro Señor.
«y se humilla Mi pueblo sobre el cual es invocado Mi nombre, y oran, buscan Mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces Yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra», 2 Crónicas 7:14.
¡Dios bendiga a Ecuador y su gente!
Escrito por: Angel Ayala Arboleda, un humilde siervo de Dios.
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