Trabajo y más trabajo… ¿Qué suma en nuestras vidas? ¿Nos acerca o nos aleja de nuestros seres queridos? Puntos a analizar y meditar.
El trabajo es un constituyente para las personas. En él se manifiesta quiénes somos y a la vez nos permite configurar quienes somos, además forma parte principal de nuestra vocación personal.
A través del trabajo se van expresando nuestras características como personas, como hombres y como mujeres… por ello nuestra profesión y trabajos son partes fundamentales en nuestras vidas.
Por lo indicado es que muchas veces podemos pensar que trabajar, trabajar y trabajar mucho es algo fantástico… y, es verdad, pero hay un orden en la vida en la relación de un hombre y una mujer: El otro es el más importante de nuestra existencia.
Lo que debemos de cuidar es que las personas que formamos parte de esta relación de amor, de una vida en común, estén siempre en primer lugar.
¿Por qué el trabajo puede ser un arma de doble filo?
El trabajo siempre es un medio que nos permite acercarnos a Dios, nos ayuda a transformar a la sociedad, a sacar adelante a nuestra familia, a emprender, a dar trabajo a otras personas y más… sin embargo, dejamos de lado a quienes más queremos por darle prioridad a ese o esos trabajos.
Es importante saber que hoy en día tanto el hombre como la mujer trabajan fuera de casa e incluso dentro… pero en el caso de ellas, sus labores son mucho mayores en número, más carga y más responsabilidad, pero debemos tener claro que las tareas de la casa son de los dos, no solo de ellas.
Trabajamos fuera con un horario extensivo y al volver a casa seguimos trabajando con todo lo que hay que hacer dentro, por ejemplo atender a los niños, los deberes del colegio, etc.
Muchas veces por esas cantidad de cosas por hacer, acumulamos mucha ansiedad e incluso comenzamos a pensar en negativo, podemos llegar a sentirnos impotentes ante todo lo que estamos viviendo, acumulando así cada día más tensión de las que ya por natural tenemos.
Considera también
A las empresas les encantaría que trabajemos desde la mañana hasta la noche y no hubiesen sábados ni domingos.
Si vivimos en una gran ciudad no puedes volver a casa a almorzar, sino que almuerzas fuera de ella.
En total pasamos casi todo el día fuera de casa solos, pensando que estamos haciendo lo que tenemos que hacer, sin darnos cuenta que poco a poco nos vamos distanciando de nosotros mismos y de las personas que amamos.
Es verdad que tenemos que sacar adelante una inversión, un hogar, una familia… Pero ¿a qué precio lo estamos haciendo?
¿Qué es lo importante?
Nada es más importante que el tiempo que dedicamos a nuestros seres queridos y aunque no es fácil de transformar nuestro pensamiento, hacia allá debemos apuntar, para luego no chocar contra la realidad de que ha pasado el tiempo y nos encontramos solos e incluso en ocasiones hasta enfermos por tanto trabajar.
Sí le has dicho a alguien que la quieres, eso no fue un: «te quiero pero no en horas de trabajo» o un «te quiero pero para después de que termine de laborar». El YO TE QUIERO ES PARA SIEMPRE Y PARA TODO MOMENTO.
En el caso de las parejas, si uno trabaja hasta tarde, el otro debe entender y apoyarlo, no lo o la recibas con enojos, más bien ayúdalo (a), consiéntelo (a)… pero también recuérdale que él o ella es fundamental en el hogar, que se lo quiere y que se lo espera con amor.
Todo parte de entender y llegar a un equilibrio… no todo puede ser trabajo y más trabajo, porque de no cambiar eso, sin duda alguna tu relación, tu familia y hasta tu salud física y emocional se verán afectadas drásticamente.
Escrito por: Juan José Javaloyes, Doctor en Pedagogía por la Universidad de Valencia. Máster en Asesoramiento Educativo Familiar. Maestro, quien fue expositor en el Simposio Internacional Virtual Matrimonio y Familia.
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