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Consejos para lograr un cambio en la forma que nos enfrentamos a situaciones que no podemos evitar, pero sí controlar.

Muchas veces nos sorprenden situaciones y personas que contraían nuestras expectativas más deseadas. Todo lo que parecía seguro y armonioso, de repente, se transforma en un torbellino.

Confusos, nos sentimos tristes, decepcionados y, muchas veces, impotentes. ¿Cómo lidiar con las frustraciones en nuestro día a día? Claro que no existe una fórmula mágica, cada persona debe buscar en sí misma maneras constructivas de lidiar con esas sorpresas indeseables. Sin embargo, es posible indicar un camino que auxilie a cada uno buscando la superación.

Ante las frustraciones, algunas actitudes con fundamentales: 

1. ACEPTACIÓN
Una de las grandes dificultades humanas es aceptar lo que no puede cambiarse. La falta de aceptación nos mantiene en el dolor del pasado, perpetuándolo. Mucho mejor sería aceptar que las cosas son como son y que sólo podemos cambiar nuestra actitud hacia ellas, y lo que está en nuestra mano.
2. EVITA ALIMENTAR EL DOLOR
No te angusties si esa persona con la que contabas te dio la espalda o te traicionó, si lo que anhelabas no sucedió, si las cosas no salieron “como tocaba”. La pena sólo retrasa el camino que necesitas reanudar en la búsqueda de nuevas alternativas. Recuerda que el derrotado no es el que pierde, sino el que desiste. Muchas veces lo que tomamos por equivocado nos llevará a algo mucho mejor de lo que considerábamos correcto. ¡La vida te pondrá frente a muchos que te darán lo que ni siquiera podrías esperar!
3. NO TE DEJES LLEVAR POR LA TRISTEZA
Es normal que el desánimo y la tristeza acompañen a la frustración, pero no aceptes el “paquete” entero. ¿No es bastante con la decepción? No te rindas, sino busca motivos para motivarte y retomar la lucha por lo que quieres. Está claro que el sentimiento de abatimiento es natural, e incluso, hasta cierto punto, saludable, pero no puedes dejar que el negativismo y la tristeza se instalen en ti.
Haz tu luto, pero recuerda que tienes que salir de él. Busca ayuda profesional siempre que sea necesario.
4. ENCUENTRA LA PAZ
Estar en paz no significa no tener problemas, frustraciones o adversidades. La paz es mucho más que la ausencia de conflictos, tiene que ver con el sentimiento íntimo y gratificante de que uno está actuando de la mejor manera. Es una armonía interior que identifica y da significado a la confianza en uno mismo, y para los creyentes, a algo mucho más grande, a la confianza en Dios.
En los momentos de crisis, es fundamental empeñarse no sólo en hacer lo posible, sino en actuar lo mejor que se pueda. Lo posible puede limitar la mente, lo mejor puede sorprender.
Una forma de vivir bien es entender que siempre existe un tiempo seguro y que no todo tiene que ser como nosotros queremos. Además, puede que sea mucho mejor así.
Vía Aleteia, por Suely Buriasco
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